Iban 32 minutos del segundo tiempo y el partido parecía controlado por el equipo de Gareth Southgate, que le ganaba 1 a 0 a Túnez con un gol de Harry Kane. Pero entonces, Kyle Walker le dio un codazo a Be Youssef y el árbitro colombiano Wilmar Roldán pitó penal. Ferjani Sassi lo cambió por gol y estampó el 1-1.
El empate parecía sentenciado, hasta que volvió a aparecer Kane, capitán y goleador del seleccionado inglés. De cabeza, ingresando por el segundo palo, convirtió el 2-1, y le dio los tres puntos a su equipo.
Los fanáticos no podían contener su alegría en las principales ciudades de Inglaterra. Algunos se juntaron a celebrar en los pubs y otros directamente asaltaron las calles.
Plymouth, en el condado de Devon, fue epicentro de algunos de los festejos más alocados. En una de las escenas más extremas que se vivieron en la jornada, se vio a un grupo de personas bloqueando a un auto que pretendía cruzar una calle.
Un hombre vestido con la camiseta roja que usó la selección en el partido se subió al capó y viajó algunos metros ahí arriba, a medida que el conductor aceleraba. Hasta que este frenó de golpe e hizo volar al fanático, que terminó estrellándose contra el suelo.
Podría haber sido grave, pero no pasó nada. El hombre se paró y se fue caminando sin mayores dificultades.
En otra escena de locura, algunos hinchas se subieron a una parada de autobús y comenzaron a saltar. Como era previsible, dos de ellos se cayeron y se dieron un golpe importante.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: