5 de septiembre de 2004. El error de Hannes Halldórsson en un partido clave de la tercera división de Islandia que casi lo hace abandonar el fútbol
De todas las historias increíbles que rodean a la selección de Islandia, quizás el giro más dramático la contenga la de su arquero, Hannes HalldÓrsson.
El hombre que le atajó el sábado un penal a Lionel Messi y tuvo algunas paradas más que evitaron el triunfo de la Argentina ante la debutante Islandia, estuvo a punto de dejar el fútbol en 2004, cuando vivió su peor momento en un partido del ascenso islandés.
Hannes creció en Bredholt, un suburbio de clase obrera al sudoeste de Reikiavik. Su padre había sido arquero en su juventud, pero había abandonado el fútbol a los 19 años. Su hijo intentó seguir su pasos. Comenzó a destacarse en las divisiones inferiores del KR, el equipo más popular de Islandia, pero a los 14 años se dislocó el hombro mientras hacia snowboard. La lesión se volvió rebelde y reaparecía todo el tiempo. "Entre los 14 y los 19 años, cuando todos mis amigos comenzaron a jugar en las selecciones juveniles de Islandia, yo casi no jugué al fútbol", le contó a la revista Bleach Report.
Mientras tanto, comenzó a desarrollar una carrera como cineasta, filmando cortometrajes y publicidades. Pero a los 20 años, su padre lo impulsó a que hiciera un último intento como arquero. Hannes se presentó en los entrenamientos de pretemporada del Leiknir Reykjavik, de la tercera división islandesa, con su sede a pocos minutos a pie de su casa.
Comenzó a disputar el puesto contra otro arquero, pero el comienzo de la temporada coincidió con la graduación del colegio de Hannes y él prefirió irse dos semanas de juerga con sus compañeros a los Estados Unidos.
A su regreso, el entrenador ya había decidido que Hannes sería el arquero suplente. Y así vio toda la temporada desde el banquillo. Fue un año extraordinario para su equipo, que lideró la tabla todo el campeonato. En la penúltima fecha, el arquero titular fue expulsado. El 5 de septiembre de 2004 era la última fecha y Halldórsson iba a tener la posibilidad de jugar su primer partido. El fixture había querido que fuese contra el segundo de la tabla, el Vikingur de Olafsvik. Era una final en la que al Leiknir le alcanzaba con el empate para ascender.
Hannes sintió que había llegado su momento. Llamó a sus amigos que trabajaban en distintos canales de TV y les pidió que fueran a filmar la "final". Su equipo ascendería con él en el arco. "Por primera vez me sentía un futbolista profesional. Pensé: 'Este será un gran momento en mi vida'".
Fue un día lluvioso. Unas 700 personas colmaron la tribuna del Leiknir para el partido más importante de su historia, el que le podía dar el ascenso a la segunda división por primera vez.
Vikingur se puso en ventaja, pero el Leiknir comenzó a rodear el arco rival. Pasaron los minutos y la tensión subía. Ya se acercaba el final, pero parecía que el equipo local iba a conseguir el ansiado empate. En el minuto 88, Halldórsson mandó todo el equipo arriba y se apuró a sacar del arco. "Le pegué al suelo… y cagué el partido", recordó el héroe del debut mundialista de Islandia. El balón salió débil hacia un delantero rival que se la pasó a otro y convirtió el segundo gol. Fue el final.
En los informativos de TV de esa noche, la única jugada que pasaron fue la del error de Hannes, que le dio el ascenso al Vikingur.
"Fui a la casa de mis padres, me metí en el sótano con las luces apagadas y puse música", rememoró. Durante los años siguientes, todos en su barrio recordaban su error, el que privó al Leiknir de su ascenso.
Para colmo, unas semanas después de aquello, mientras buscaba la locación para el video que filmaría de una banda islandesa de rock, se le cayó una barrera en su mano izquierda que casi le trepana un dedo. Le dejó el hueso y los tendones al descubierto. Tuvo que someterse a una operación que le dejó una gran cicatriz. Pensó que ese era el final.
Unos meses más tarde, decidió darle una última oportunidad al fútbol y se propuso a sí mismo tratar de llegar en 3 años a primera división. Sabía que no podía regresar al Leiknir, así que llamó a todos los clubes preguntando si alguna necesitaba un arquero, a la espera de que haya algun DT que no haya visto su blooper. Finalmente, lo aceptaron en otro club de tercera división, el Afturelding. Allí tuvo una gran temporada y firmó para uno de los grandes equipos de Islandia, el Stjarnan, que le ofreció pagarle USD 300 al mes, su primer salario como futbolista, mientras seguía trabajando en su productora de cine.
De nuevo, un par de temporadas buenas en el Stjarnan y llegó el salto al KR, donde había comenzado de pequeño. En 2011, debutó como arquero de la selección nacional en un partido ante Chipre por la eliminatoria de la Euro 2012. El resto es historia. Hasta el último sábado cuando se plantó a once pasos de distancia de Messi en el estadio del Spartak y asombró al mundo.
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