Marruecos e Irán abrieron el grupo B de la Copa del Mundo en San Petersburgo. Es una zona que los tiene como "puntos" por la presencia de dos seleccionados con mayor jeraraquía como Portugal y España, que se enfrentan a continuación. Los asiáticos sacaron ventaja con un tanto agónico.
Los marroquíes intentaron llevarse puesto a su rival en el arranque del partido. Sin tanto fútbol pero con enjundia casi abren el marcador en los primeros instantes. Sin embargo fueron los iraníes los que contaron con las situaciones de gol más claras: dos contragolpes pusieron contra las cuerdas a su adversario (el arquero El Kajoui se lució en el segundo).
El complemento ofreció poco y nada para el espectáculo. Mucha fricción y poca precisión de cada lado convirtieron al compromiso que abrió la zona en un dolor de ojos. Apenas una buena intervención del arquero de Irán, Ali Beiranvand, ante un remate de Ziyach, fue lo destacado. Sin embargo, en el final habría una emoción.
Una pelota parada cuando se disputaba el cuarto minuto de descuento derivó en el quiebre del tanteador. Aziz Bouhaddouz, defendiendo en el primer palo, intentó despejar el balón con su cabeza pero no hizo más que introducirlo en su propio arco para la celebración del rival.
En la que es su quinta participación en copas del mundo, Irán obtuvo su segunda victoria: fue un hito histórico. Por el contrario, los marroquíes perdieron un invicto de 18 partidos y también sufrieron un tanto en contra, algo que no había sucedido en todas las eliminatorias.
El conjunto dirigido por Carlos Queiroz sueña con sacar resultados positivos ante España y Portugal en las próximas jornadas para dar el batacazo en el grupo B y clasificarse por primera vez en la historia a los octavos de final de una Copa del Mundo.
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