Uruguay es una de las selecciones que se ilusionan con dar el golpe en Rusia. En un grupo accesible, conformado por Rusia, Arabia Saudita y Egipto, los de Oscar Washington Tabárez confían en llegar a las últimas instancias del torneo más codiciado del planeta. Para ello, "primero hay que querer, después hay que creer y finalmente hay que hacer todo lo que esté a tu alcance para intentar lograr el objetivo. Sin excusas y disfrutando del proceso con amor y pasión".
El consejo parte de Gustavo Zerbino, uno de los sobrevivientes de la tragedia aérea que sufrió el equipo de rugby Old Christians Club en 1972, cuando se dirigía a Chile a disputar una gira internacional. "La idea es transformar el yo en nosotros. Tener objetivos comunes, donde valores como el respeto, la solidaridad, el amor y la tolerancia sirvan para tener una sociedad mejor y más justa". De este modo, los conceptos que aplica en la vida los emplea en el deporte.
Desde el 2006 sus encuentros con el combinado charrúa se convirtieron en una tradición. Luego de la ausencia en el Mundial de Alemania, el nuevo cuerpo técnico lo convocó para que motive a sus jugadores en la etapa final de las eliminatorias de Sudáfrica 2010.
En diálogo con Infobae, Zerbino recordó aquel primer contacto con un plantel que estaba paralizado por el miedo ante un posible nuevo fracaso. "En Uruguay nos conocemos todos. Cuando nos vimos por primera vez, ellos estaban atravesando un momento muy duro. Logramos conectarnos con el corazón, hablamos de un pasado que no se puede modificar y nos centramos en el presente", deslizó el ex rugbier, y detalló: "Hay que disfrutar lo que uno hace. En aquel tiempo venían de perder con Perú y estaban casi eliminados a falta de tres fechas. Entonces, yo comparé ese momento como el que nos pasó a nosotros cuando suspendieron la búsqueda: había que vivir o morir, y sólo dependíamos de nosotros mismos. Si ellos ganaban los tres partidos, iban a clasificar, cosa que consiguieron con confianza".
La analogía parece exagerada. Sin embargo, el uruguayo considera que su "historia no es una tragedia, ni es un milagro". Para él se trata de "una historia de amor, sacrificio, amistad y solidaridad".
Las circunstancias extremas, la escasez de recursos y las deplorables condiciones climáticas significaron algunos desafíos que le permitieron sacar lo mejor de sí mismo. En una nueva comparativa con la realidad de la Celeste, el sobreviviente de la tragedia andina reveló: "Para tener resultados extraordinarios hay que hacer cosas extraordinarias. En la montaña, a 4.800 metros de altura, tuvimos que soportar temperaturas de 40 grados bajo cero, escalar picos a 5.000 metros, caminar más de 100 kilómetros en la nieve (sin equipos, guantes o bastones). El hecho de pertenecer a un equipo de rugby fue fundamental, porque teníamos un objetivo común: sobrevivir".
Su pasado es una herramienta crucial en la motivación. El desafío de tocar las fibras más emotivas en figuras de la talla de Luis Suárez ó Edinson Cavani se desvanece en un trance espiritual amparado "en el respeto y la gratitud mutua". "Dejamos que la energía se mueva con abrazos y mucho afecto", explicó Zerbino, sin ocultar el mensaje que le dejó al equipo que buscará su tercera estrella internacional: "Les deseé mucho éxito y les comenté el orgullo que siente el país por ellos. El pueblo uruguayo confía plenamente, la confianza que se le tiene a este equipo es como depositar plata en un banco: ellos saben que tienen a un país detrás y no van a defraudar".
La teoría que conformó a lo largo de los años sirve de inspiración para el combinado liderado por el Maestro Tabárez. Según su hipótesis, "la cabeza está programada a través del miedo". Una afirmación que basa su sustento en los antecedentes que compartió en la Sociedad de la Nieve: "Son límites que están en nuestra mente; y la realidad es que el ser humano tiene un potencial ilimitado cuando se conecta con su ser interior. En vez de pelearse con la realidad y sufrir, hay que practicar la aceptación, porque es un grado mágico en donde te conectás con la naturaleza que te toca vivir. Toda la información acumulada que se formó desde que existe el ser humano, brota con una intuición galopante que te entrega cosas que no se puede creer de dónde vienen. Son factores que están ahí, pero que muchas veces no los vemos por falta de autoestima, temor o falta de confianza".
Antes de salir del trance, Zerbino también habló del presente futbolístico de la Garra Charrúa y analizó que sus jugadores "llegan con la edad justa, con la capacidad para llegar lo más lejos posible".
"Van tres mundiales seguidos con la presencia de Uruguay. Después de la racha que se produjo entre 1962 y 1974, es la primera vez que se logra una tercera clasificación consecutiva", concluyó el hombre que también colaboró con Uruguay en la obtención de la Copa América del 2011.
Además de la calidad individual de sus intérpretes, la Celeste apuesta a la unidad, experiencia y motivación para lograr el sueño de repetir lo que se hizo en 1930 y 1950. El deseo de trasladar la gesta del Maracanazo a Luzhniki se pondrá en marcha ante los Faraones.
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