Se puede aseverar que Maximiliano Ledesma recorrió todas las divisiones inferiores antes de transformarse en uno de los auxiliares utileros de la Selección Mayor que hoy sueña con el Mundial de Rusia. "Hace 9 años que estoy acá. Empecé con el fútbol femenino, después con las juveniles, hasta que llegué acá", cuenta.
"Acá" es junto a varios de los mejores jugadores del mundo, en el umbral de un nuevo campeonato ecuménico. "Todo el mundo quisiera estar acá, y los jugadores son gente normal; la relación que tienen con nosotros, los utileros… Son unos fenómenos", asegura.
Es que, con el gen bien argentino, los utileros también juegan. Y, acostumbrados a nuestra idiosincracia, si tienen que improvisar, improvisan. No en una baldosa como Messi, pero salen jugando. "Una vez, me habían dado para un campeonato una cinta de capitán… Y me la olvidé en el hotel. No hacía tiempo a regresar a buscarla. Y tuve que inventar una cinta… Con cinta", apunta.
Por eso no duda, así como "se sueña siempre, todos los días", con lo que puede suceder en Rusia, "si hubiera Mundial de utileros seríamos campeones del mundo", subraya.