Reikiavik. Enviado especial.
Laugardalsvöllur, el estadio nacional de Islandia, sólo tiene dos tribunas y una capacidad máxima habilitada por la UEFA de 10.000 personas. Hasta hace una década, sobraba para albergar a los valientes que se sometían a una tarde de viento y frío para padecer el triste juego del seleccionado local. Ahora no da abasto. Los tickets para los últimos amistosos con Noruega y Ghana de principios de junio, antes de viajar a Rusia para el debut mundialista, están agotados hace semanas. Y se espera la aprobación de los planes de obra para comenzar la remodelación y ampliación del estadio.
Uno de los protagonistas de esa revolución está sentado aquí, frente a Infobae, en una sala de estar de la Knattspyrnusamband Íslands (KSI, Asociación de Fútbol de Islandia), con un ventanal que da hacia las plateas ahora vacías y las lonas blancas que protegen el césped de las últimas nevadas primaverales.
"Mi tarea principal es bajar la ansiedad y la excitación de mis jugadores. El Mundial no debe ser una línea de llegada sino un escalón más de este proceso de crecimiento del fútbol que lleva unos cuantos años y no se tiene que detener", cuenta el entrenador de Islandia, Heimir Hallgrímsson.
La clasificación de su país, el menos poblado de la historia de los mundiales, atrajo simpatías alrededor del planeta. Llueven los pedidos de entrevistas desde todo el mundo. Pero a un mes del debut contra Argentina en Moscú, Heimir, como lo conocen todos aquí, parece tener todo el tiempo del mundo para conversar con un periodista argentino.
“El primer recuerdo que tengo de un mundial es Argentina ‘78. Todos mis compañeros de la escuela teníamos camisetas de Argentina… de Luque, de Ardiles … yo tenía la de Mario Kempes”, cuenta sobre su infancia en el islote volcánico de Heimaey, una pequeña comunidad de algunos cientos de pescadores a media hora de ferry de la isla principal de Islandia. Ese inverosimil refugio es su lugar en el mundo. Allí aprendió a patear una pelota en medio de la nieve y se convirtió en jugador profesional del equipo local IBV, mientras continuaba con sus estudios, como la mayoría de los futbolistas islandeses. Se graduó de odontólogo y pasó la mayor parte de su vida adulta curando caries y colocando emplomaduras en el consultorio que montó en su casa mientras ganaba campeonatos como entrenador de los equipos femenino y masculino del IBV.
Todos mis compañeros de la escuela teníamos camisetas de Argentina… de Luque, de Ardiles … yo tenía la de Mario Kempes
La rutina se trastocó un poco cuando en 2011 el sueco Lars Lagerback asumió como DT de la selección nacional y lo convocó como ayudante. Pero Heimir sigue regresando a su casa de Heimaey y atendiendo su consultorio cada vez que puede. "Me hace muy bien volver, estar con mi gente, desconectar de todo, salir a caminar por las montañas… leo muchos libros de superación personal, de cómo gestionar equipos…", cuenta a los 50 años, sentado en un sillón con las piernas estiradas, cuando ya lleva un año como entrenador principal de la selección de su país y está a días de vivir el sueño de todo hombre de fútbol. Pero él mantiene su tono zen.
Cuando recibió a Infobae, estaba en Reikjavik para reunirse con su cuerpo técnico y terminar de definir los jugadores que llevará al Mundial. Cuatro días después se convirtió en el primer seleccionador en anunciar los 23 nombres que llevarán la camiseta azul en Rusia. Sin lista previa de 35, sin dramas, sin misterio. Se trata de un conjunto de jugadores tan aguerridos como poco conocidos que se desempeña en equipos de segundo nivel de las grandes ligas europeas. "No tenemos estrellas, como otras selecciones. Pero tenemos un equipo que se conoce bien. Muchos de ellos llevan años jugando juntos desde las selecciones juveniles. Saben en qué es bueno y en qué falla cada uno y cómo complementarse. Saben que el equipo es más importante que cada uno. Esa es nuestra fortaleza".
Estudioso, dedicado, cuenta que vio decenas de videos de partidos de Argentina, Nigeria y Croacia. Y uno imgina que ya debe tener decidido cuál de sus jugadores va a seguir a Messi "Ninguno, porque no hacemos marca personal", contesta. "Tenemos un sistema defensivo que tendrá que funcionar a la perfección, y no sólo sobre Messi, porque sabemos que Argentina va a tener la posesión de la pelota durante el 70 u 80% del tiempo. Nosotros tenemos que neutralizar eso y aprovechar las posibilidades que tengamos".
Heimir escapa de las polémicas y de las etiquetas. Le parece "ridículo" que los argentinos discutan quién fue mejor entre Maradona o Messi, "en vez de disfrutar por tener dos de los mejores de la historia". O que se armen bandos entre los defensores del estilo Guardiola y el de Mourinho, "cuando todo consiste en sacar el mejor provecho de tu plantel". Por eso mismo, cuando se lo consulta por sus entrenadores favoritos, nombra enseguida a dos: "Diego Simeone y Jürgen Klopp, sin tener los mejores jugadores, han logrado armar grandes equipos en el Atlético de Madrid y el Liverpool". Claro, esa es la misma tarea que tiene él en la selección de Islandia. "¡Ah, y uno más!", interrumpe unos segundos después, cuando la charla se había desviado hacia otro lado. "También me gusta mucho Gareca, que con Perú viene logrando grandes resultados sin nombres rutilantes". En sus últimos amistosos, Islandia perdió justamente 3-1 con Perú y 3-0 con México. Pero de todo saca una lección: "Fue bueno para mis jugadores ver cómo juegan los equipos latinoamericanos, con regates, cambio de ritmo, precisión en los pases. Y se dieron cuenta que no podemos fallar en defensa". Sabe que sus jugadores deberán concentrarse como nunca en Rusia, pero quiere que también disfruten. "Si uno está muy tenso, no puede rendir al máximo", explica.
Heimir destaca tres cualidades de sus compatriotas, que han llevado a esta isla del fin del mundo, con apenas 350 mil habitantes, a liderar rankings de desarrollo social y económico o clasificar a un Mundial: "La primera es el esfuerzo individual. Aquí nadie quiere mostrarse débil. Todos quieren demostrar que pueden lidiar con las condiciones adversas. Luego, una gran capacidad multitasking [multitarea]. Todo los islandeses hacen más de una cosa, tienen dos o tres oficios en simultáneo o que van alternando durante sus vidas … hasta puedes tener uno que es dentista y entrenador de fútbol (se ríe). Y por último, un cierto espíritu libre y amateur que hace que todo sea menos rígido y suene posible y que la gente se anime a intentar cosas que en otros lados parecerían imposibles".
¿Tres características destacables de los islandeses? Esfuerzo individual, capacidad multitarea y espíritu amateur
Por eso, Heimir no quiere que el crecimiento del fútbol islandés lleve a perder el espíritu de su liga semi-profesional: "Si aquí viniera un jeque árabe a comprar un equipo y traer estrellas, entonce la liga islandesa sería igual a cualquier otra… En otras partes del mundo, los chicos que sueñan con jugar en un equipo grande como Independiente, por ejemplo, dejan todo entre los 10 y los 18 años para llegar a primera, ganar mucho dinero y salvar a sus familias… Aquí, en cambio, juegan mientras estudian y hacen otras cosas para vivir porque saben que el fútbol no les va a dar un gran salario. Juegan y se esfuerzan sólo porque realmente aman el fútbol. Yo no quiero que eso cambie".
Se espera que más de 30 mil islandeses viajen a Rusia (¡un 10% de la población del país!). Facilitado por el tamaño de una isla en el que todos tiene algún grado de relación, Heimir ha hecho mucho por alimentar un sentimiento de hermandad entre el equipo y la hinchada, como si fueran parte de una misma familia. Y entonces, ¿cuáles son sus expectativas para el Mundial? "Dar lo mejor de cada uno y como equipo y disfrutarlo como una experiencia inédita para Islandia. Si pasamos la primera ronda, ya no habrá límites para nosotros. También podemos perder los tres partidos del grupo, por supuesto, y hay que estar preparado para que eso no nos bajonee y vayamos por más la próxima".
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