El 14 de junio Rusia y Arabia Saudita abrirán el Mundial en el Ekaterinburg Arena. Como es habitual en la competición más codiciada del planeta, el anfitrión protagonizará el partido inaugural luego de la ceremonia de apertura.
Si bien la expectativa va en aumento con el transcurso de los días, el presidente ruso Vladimir Putin se muestra ajeno al fútbol porque su preferencia pasa por el hockey sobre hielo. Así, en un encuentro amistoso desarrollado en su país, el mandatario protagonizó un duelo con fines benéficos con las glorias locales de esa disciplina.
En el palacio de hielo Bolshói de Sochi, Putin marcó 5 goles y brindó 3 asistencias en un choque en el que las defensas no mostraron ningún esfuerzo. Acompañado de las figuras que se destacaron en los Juegos Olímpicos de Invierno del pasado, como Viacheslav Fetisov, Alexei Kasatonov, Pavel Bure y Slava Fetisov, el presidente ruso celebró el triunfo por 12 a 7 frente a un seleccionado de jugadores amateurs.
A pesar de su preferencia por la pista de hielo, el funcionario aguarda por lo que pueda presentar el entrenador Stanislav Cherchésov en el torneo internacional de fútbol. Con el objetivo de superar la prematura eliminación sufrida en la edición pasada de Brasil, Rusia intentará avanzar a la fase de los 16 mejores en un grupo que comparte junto a Arabia Saudita, Egipto y Uruguay.
Lejos de los tiempos victoriosos de la Unión Soviética, donde se ha llegado a las semifinales de 1966, la tradición que se impuso desde la Caída del Muro de Berlín es que la selección rusa nunca ha podido clasificar a los octavos de final, dado que en 1994, 2002 y 2014 la eliminación se dio en primera ronda y al resto de los torneos no ha podido clasificar.
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