El primer gran fracaso que se estableció en la historia de los mundiales se dio en 1950, cuando Brasil organizó la fiesta internacional con el objetivo de celebrar su primera corona. Sin embargo, en el partido decisivo del torneo, Uruguay le dio un duro cachetazo al combinado local y selló un 2 a 1 que revolucionó las calles con el nombre de Maracanazo.
Ocho años más tarde, en Suecia, Argentina formó un equipo con la idea de llegar a la final. Amparados en la figura de Corbatta, la delegación albiceleste sufrió la prematura eliminación por las derrotas con Alemania (3-1) y Checoslovaquia (6-1). Como el triunfo (3-1) frente a Irlanda del Norte no alcanzó, los jugadores fueron recibidos a monedazos cuando volvieron a Buenos Aires.
El caso de Holanda es el más polémico. En la década del setenta la Naranja Mecánica desplegó su Fútbol Total y llegó a las finales de las ediciones de 1974 y 1978, pero Alemania y Argentina se quedaron con la Copa del Mundo. Si bien hay muchos aficionados que sostienen que el resultado no marca un fracaso, para los amantes del Bilardismo el segundo puesto es el primero de los perdedores.
Otro de los recordados golpes que sufrió Argentina se dio en Asia. Para el Mundial del 2002, la selección liderada por Marcelo Bielsa se perfilaba como máxima candidata al título, pero la desgracia de integrar el Grupo de la Muerte le jugó una mala pasada y la estadía por Corea y Japón duró menos de lo imaginado. Una situación similar a la que vivió Francia, que llegaba con el brillo de la consagración de 1998 y no pudo superar a Dinamarca, Uruguay y Senegal.
La selección Le Bleu volvió a decepcionar en Sudáfrica 2010, cuando compartió la zona junto al elenco local, Uruguay y México. En tierras africanas, el otro equipo que se sumó a la lista de fracasos fue Italia por su pésima labor en el grupo de Paraguay, Eslovaquia y Nueva Zelanda.
Finalmente, en 2014, Brasil volvió a despertar el dolor ante su gente. Si bien el conjunto de Scolari llegó a las semifinales del torneo, el humillante 1-7 ante Alemania dejó un sabor tan amargo como el del Maracanazo. Italia, Inglaterra y España fueron las otras potencias campeonas del mundo que se volvieron en primera ronda.
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