Algunas son llamativas y otras exóticas. La rareza de los colores, diseños polémicos o combinaciones extravagantes son algunos factores por los que las selecciones llamaron la atención con sus camisetas que quedarán en el recuerdo como las más feas de la historia.
Dinamarca en 1986 sorprendió al mundo por su juego y su ropa. Si bien hay una gran cantidad de aficionados que admira ese diseño colorado con el que logró superar a Escocia, Alemania y Uruguay en la fase de grupos, cuando el equipo de Laudrup y compañía se pasó al blanco de la indumentaria alternativa, se despidió en octavos de final con un humillante 1 a 5 frente a España.
En la edición de Italia en 1990, Escocia duró poco por su escasa producción y su pésima camiseta. La derrota contra Costa Rica por la mínima diferencia y la caída con Brasil por el mismo resultado hicieron que el triunfo por 2 a 1 frente a Suecia no sirva de mucho. Los espectadores festejaron su eliminación para no sufrir más esa vestimenta.
Tal vez el de 1994 sea el torneo que más polémica generó por las modas. Estados Unidos con sus estrellas gigantes no pudo con Brasil en los octavos de final, mientras que México aportó el look de Jorge Campos y la mirada azteca de sus jugadores. Su destino también fue el de la fase de los 16 mejores.
Cuatro años más tarde, en Francia, Jamaica y Sudáfrica conformaron el rubro de los impresentables, mientras que en 2002, Nigeria llevó su verde agua para que las Águilas se vuelvan rápido de Asia.
Las montañas de Eslovenia en 2010 y el llamativo porte del Flamengo de Alemania en Brasil 2014 completan la lista, sin ignorar el inédito caso que protagonizó Francia al vestir la camiseta del Kimberley de Mar del Plata en 1978, cuando el elenco Le Bleu se midió con Hungría en la fase de grupos disputada en el José María Minella. Sólo resta conocer el uniforme oficial de los participantes de Rusia para saber si la nómina de los mal vestidos de la Copa del Mundo se extenderá a un número superior.
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