El 14 de junio Rusia y Arabia Saudita se enfrentarán en el estadio Luzhnikí y darán comienzo a la Copa del Mundo de Rusia 2018, el evento deportivo más importante del año. Allí, la nación gobernada por Vladimir Putin aprovechará los 32 días que dura el certamen para exhibir un país seguro y libre, al menos por un tiempo. Pero para eso deberá controlar a sus ultras.
Conformados por grupos violentos que buscan mostrar su poder a fuerza de combates ganados, estos sujetos viven para pelearse. Son innumerables las ocasiones en las que se repiten episodios protagonizados por estas incontrolables bandas que tienen una organización interna piramidal.
Cada club tiene a su grupo caracterizado -incluso algunos poseen varias facciones internas- y cada uno de estos tiene un líder. En su mayoría tienen una ideología ultranacionalista, racista y xenófoga, lo que aumenta el peligro de agresiones durante el certamen mundialista que reúne a fanáticos del todo el planeta, de distintas etnias y culturas.
Por ejemplo, los hombres del Spartak de Moscú, que protagonizaron serios incidentes este jueves en Bilbao, en los que murió un policía cuando fue alcanzado por una bengala, se dividen en dos bandos, según explica un artículo de El correo de Athletic.
La pelea de los ultras del Spartack de Moscú ante la policía de Bilbao
El primero y más pequeño es conocido como Gladiators Firm`96 y responde a Vasily "El Asesino". El otro, Fratria, cuenta con 10.000 miembros y es popular por ser además el que organiza los mosaicos gigantes en los estadios. Ambos tienen algo en común: la violencia.
Al momento de describir a estos grupos violentos, que no responden a ningún partido político -aunque están nucleados dentro de la Asociación de Hinchas Rusos- sino que se mueven por el simple instinto de combate, es imposible no recordar a los hooligans ingleses.
La pelea entre ultras del Spartak de Moscú y el Zenit
Aquellos ultras prehistóricos, que nacieron en la década del 70 y fueron prácticamente extinguidos a finales de los 80 cuando la primera ministra Margaret Thatcher anunció un paquete de medidas para controlarlos, supieron aterrar a Europa durante años, pero no son similares a esta evolución rusa.
Estos hombres se alimentan del mismo hambre del violencia pero se preparan para los combates. Muchos de ellos pasan horas en los gimnasios y son expertos en artes marciales. "Son diferentes, casi paramilitares, están bien entrenados para operaciones ultra violentas y muy rápidas", alarmó la Fiscalía de Marsella sobre estos sujetos hace apenas unos días.
Así entrenan los ultras rusos
Además, las sangrientas batallas no sólo se dan en ámbitos deportivos. Las leyes rusas les impiden escapar a la cárcel si son atrapados y por eso suelen organizar encuentros en bosques y descampados. Luego, los videos de las batallas en las que no se permiten otro tipo de armas que no sean los puños, son publicados en diversas redes sociales, en donde los ganadores alardean de su poder.
Esto ha reducido el nivel de violencia en los estadios de fútbol e incluso algunos políticos se mostraron a favor. Ígor Lébedev, vicepresidente de la Duma (Cámara Baja del Parlamento ruso) propuso a mediados de 2017 que estas peleas se conviertan en un deporte: "Llegan los hinchas ingleses, por ejemplo, y empiezan las trifulcas. Nosotros aceptamos el desafío y les retamos a vernos en el estadio a tal hora (…) 20 tíos en cada lado y sin armas", sostuvo el legislador por el Partido Liberal Democrático de Rusia (LDPR), quien además se desempeña como miembro del comité ejecutivo de la Unión de Fútbol de su país. "Nuestro país sería pionero en un nuevo deporte (…) capaz de atraer no menos espectadores que un partido de fútbol", agregó.
"Pueden venir y después veremos. Alguien intentará hacer algo, eso está cien por cien garantizado. Si vienen en familia y su marido está por aquí, que sepan que su trasero puede ser pateado", amenazó uno de estos hombres en un documental publicado por la BBC en 2017. En el mismo alertaron: "El Mundial 2018 será un festival de violencia".
La salvaje batalla de los rusos en la Eurocopa 2016
Las amenazas tienen sustento y más allá del alcalde de Kaliningrado, Alexandre Yaroshuk, quien aconsejó a estos sujetos a "ser hospitalarios y amistosos y no golpear a nadie" durante el certamen mundialista, la Eurocopa de Francia 2016 fue un anticipo de lo que podría suceder en algunos meses.
Ese torneo fue utilizado por los ultras como una práctica. Cuando en la previa sólo se temía por posibles ataques terroristas y los operativos policiales estaban preparados para esto, se encontraron con una horda de violentos que atemorizaron las calles de Francia.
Sus salvajes combates ante los ingleses fueron registrados en cámaras GoPro por ellos mismos, quienes se jactaron de haber sido los que impusieron el terror en Francia y ganaron en todos sus enfrentamientos. El saldo total fue de 100 ingleses heridos y 30 de ellos en grave estado, incluso algunos estuvieron al borde de la muerte.
Además, el gobierno francés logró enviar a tres de estos sujetos a prisión con condenas entre uno y dos años. Por otra parte, deportó cerca de 20 violentos rusos entre los que se destacaba Alexandre Chpryguine, quien fue identificado como uno de los líderes del grupo que causó destrozos durante la Eurocopa, según informó en ese entonces el Ministerio de Asuntos Exteriores francés.
"No veo nada de malo en lo que hacemos. Nosotros peleamos. Y sinceramente creo que es mejor que beber, fumar o tomar drogas", declaró un ultra que vive en Oryol, una ciudad al sur de Moscú, en el marco del programa This world de la cadena británica BBC2.
"Todos (en Rusia) están esperando el Mundial. Para algunos será la fiesta del fútbol, para otros un festival de violencia. Nuestros adversarios son los ingleses, los padres de los 'hooligans'. Les estamos esperando", alardeó.
La organización de estos hooligans modernos llega a tal punto que hace apenas una semana un siete de éstos, vinculados al Zenit de San Petesburgo, viajaron a Buenos Aires para arreglar la estadía de varios barras bravas argentinos en Rusia. Durante 10 días, se reunieron en la capital del país sudamericano para cerrar un trato y "armar un plan estratégico para enfrentar a los hooligans ingleses", según reveló el periodista Gustavo Grabia en Infobae.
Para evitar que la sangre bañe la Copa del Mundo, desde el Kremlin lanzaron un paquete de medidas que la FIFA comandada por Gianni Infantino aplaudió. La primera fue la confección de una "lista negra" de ultras de otros países que tendrán el ingreso prohibido y la segunda la creación del FAN ID, un documento obligatorio para todos aquellos que posean tickets para los partidos que además funcionará como pasaporte. De esa manera será sencillo identificar y castigar a quien no se comporte de manera adecuada dentro de un estadio.
Sin embargo, esto no alivia el miedo que se ha generado tras los incidentes del pasado jueves entre los ultras del Spartak de Moscú y del Athletic de Bilbao en el que un agente de la Ertzaina, policía autónoma del país vasco, perdió la vida producto de un paro cardíaco luego de que una bengala explotara cerca de él.
La FIFA se refirió al lamentable episodio ocurrido en la previa del duelo por la Europa League a través de un portavoz que dialogó con AFP. Si bien manifestó su repudio a lo sucedido, se mostró confiado de cara al certamen que se celebrará entre el 14 de junio y el 15 de julio: "En lo que concierne a la seguridad de la Copa del Mundo, la FIFA tiene plena confianza en los dispositivos de seguridad desarrollados por las autoridades rusas y el comité local de organización"
"Como se demostró en la Copa de las Confederaciones el año pasado, las normas de seguridad ya establecidas por Rusia fueron adaptadas a las necesidades específicas de estos grandes eventos deportivos", insistió.
El tiempo corre y el Mundial 2018 está cada vez más cerca. Con la violencia en aumento y las alarmas de Europa encendidas, la FIFA sigue confiando en las medidas del gobierno ruso con respecto a la seguridad. Mientras tanto son cerca de 4 millones de personas de todo el globo que solicitaron tickets para ver el Mundial y poder así disfrutar de uno de los eventos deportivos más atractivos que existe. Sólo el tiempo dirá si Rusia podrá controlar a sus ultras y no permitir que la Copa del Mundo quede manchada de sangre.