El insólito pedido de la Federación chilena para que el público no alentara a su selección en el Mundial de 1962

Como si se tratara de un partido de tenis, los dirigentes andinos les exigieron a los simpatizantes locales que no hicieran ruido para que sus jugadores no se desconcentraran. Faltan 139 días para Rusia 2018

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La mejor actuación de Chile en una Copa del Mundo se dio en 1962, cuando tuvo la oportunidad de organizar el campeonato más codiciado del planeta. En aquella edición, La Roja construyó un camino amparado en la esperanza de un pueblo que se animó a soñar con dar el golpe a las potencias internacionales.

La victoria por 3 a 1 en el debut contra Suiza encendió la llama de la ilusión, y el triunfo por 2 a 0 frente a Italia en la recordada Batalla de Santiago consolidó el sueño. El traspié con Alemania Federal (0-2) no representó ningún inconveniente, dado que el seleccionado local se clasificó a los cuartos de final, donde se midió con la Unión Soviética. El histórico 2 a 1 a su favor transformó la fantasía con algo real y concreto. Como nunca se había llegado a la instancia de los cuatro mejores, los dirigentes de la Federación Chilena de Fútbol idearon un plan para apoyar a sus jugadores.

Como si se tratara de un partido de tenis, los directivos enviaron un comunicado oficial en el que se les pedía a los simpatizantes que se mantuviesen en silencio durante el duelo ante Brasil en el Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos. Como lo explica Luciano Wernicke en Historias insólitas de los mundiales, el documento titulado "A todos los chilenos" significó un llamado al silencio para los 76.594 espectadores que estuvieron presentes.

"El campeonato entra en una fase en la cual es necesaria la concentración de todas las fuerzas físicas para hacer una buena presentación. Pedimos a todo Chile, desde las autoridades más elevadas al pariente más cercano, que mantengan al equipo chileno dentro de la estructura de preparación deportiva y paz emotiva en el que está ubicado. Todos deben sacrificar el placer de agasajar a nuestros jugadores y dejar de lado los gritos y abrazos hasta que Chile haya terminado su actuación en el certamen", fue parte del texto del particular comunicado.

Los goles de Garrincha a los 9 y 32 minutos del primer tiempo contribuyeron con el pedido de los directivos. Sin embargo, el descuento de Jorge Toro reactivó al público, que observó cómo se desvanecían sus esperanzas con el tanto de Vavá. Otra conquista del goleador Leonel Sánchez impuso el suspenso en la capital andina hasta que nuevamente Vavá selló el 4 a 2.

Otra curiosidad que presentó el torneo fue el indulto que tuvo la FIFA con la figura de Brasil. Como el duelo había sido tan intenso, Mané Garrincha fue uno de los expulsados (el otro fue el chileno Honorio Landa) por un supuesto golpe contra Eladio Rojas.

Gracias a la intervención del gobierno a través del primer ministro del presidente João Goulart, Tancredo Neves, el titular de la FIFA, Stanley Rous, ordenó que Garrincha fuera habilitado para la final contra Checoslovaquia.

A pesar de las palabras del atacante, quien había admitido la agresión contra su rival al afirmar ante la prensa que lamentaba "lo ocurrido porque fue una reacción involuntaria, como consecuencia de algunos golpes que había recibido en acciones bruscas", la casa madre del fútbol autorizó su presencia en el duelo decisivo que terminó con una victoria por 3 a 1 para el elenco sudamericano.

"El gobierno brasileño espera que las autoridades de la FIFA autoricen la presencia en la final de todas las figuras brasileñas, y en especial la de Garrincha, un extraordinario atleta cuya disciplina y limpieza son conocidas en todo el mundo. El pedido es en nombre de la alegría del pueblo brasileño", fue el telegrama que sirvió para presionar a la Federación. Aquel título, con Garrincha en cancha, representó la segunda estrella internacional de las 5 que tiene el Scratch.

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