La maratón masculina es una de las últimas grandes atracciones que tienen los Juegos Olímpicos. Y en Tokio 2020, la carrera de 42K no fue la excepción. Al igual que ocurrió en Río 2016, el keniata Eliud Kipchoge hizo historia en la capital de Japón tras consagrarse campeón de la competencia. Con un tiempo de 2:08:38, el hombre dueño del récord mundial y ganador de grandes carreras como las de Berlín y Londres, se colgó la medalla de oro.
Detrás de Kipchoge terminó el nacido en Somalia, pero que compite con la bandera de los Países Bajos, Abdi Nageeye, que logró un tiempo de 2:09:58. Más atrás, en el tercer lugar del podio, arribó el representante de Bélgica, Bashir Abdi, con marca de 2:10:00.
Como se esperaba, y a pesar que el comité organizador de los Juegos Olímpicos cambió la sede de la maratón a Sapporo con la intención de menguar el calor extremo, los más de 27 grados y 70 por ciento de humedad ya hacían prever que no iba a ser una competencia rápida para los protagonistas. A pesar de este escenario, el keniata rompió el pelotón a partir del kilómetro 25 y ganó la prueba por más de un minuto de diferencia respecto de sus rivales más cercanos.
De esta forma, y con los títulos en Río 2016 y Tokio 2020, Kipchoge se convirtió en el tercer atleta de la historia que ganar en dos ocasiones consecutivas la maratón olímpica, resultado que solo habían hecho el alemán Cierpinski en Montreal 1976 y Moscú 1980, y el etíope Abebe Bikila, uno de los deportistas más reconocidos de la historia, ya que en Roma 1960 ganó la prueba corriendo descalzo -también triunfó en Tokio 1964.
Poseedor del récord del mundo, con 2:01:39 en Berlín, Kipchoge ganó las 17 maratones que disputó en toda su carrera. Un registro tan increíble como legendario.
Además del bicampeonato olímpico del keniata, que en octubre de 2019 se convirtió en el primer hombre que bajó el registro de las 2 horas en una maratón con un tiempo de 1:59:40.2 en una carrera de exhibición que generó dudas por el circuito y la cantidad de corredores denominados liebres que lo ayudaron en el trayecto, fue muy positivo el trabajo de los latinoamericanos. El colombiano Jeison Suárez terminó en el puesto 15, mientras que el argentino Eulalio Muñoz fue 31° con un dato singular: logró la mejor marca para un argentino en Juegos Olímpicos (2:16:35), superando la marca que consiguió Miguel Barzola en Londres 2012. Por su parte, Joaquín Arbe llegó en el 53° lugar con un tiempo de 2:21:15.
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