Una jornada apasionante se vivió en el velódromo de Izu este miércoles, donde tuvo lugar una de las definiciones más alucinantes de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. En un cierre electrizante, Italia se impuso a Dinamarca en la final masculina del ciclismo de persecución por equipos y se colgó la medalla de oro con un nuevo récord mundial.
Impulsados por Filippo Ganna, campeón mundial contrarreloj en ruta, el equipo italiano recuperó casi un segundo en las últimas vueltas y venció a una Dinamarca que partía como favorita y que venía de ser acusada de hacer trampa en la clasificación.
El elenco integrado por Ganna, Simone Consonni, Francesco Lamon y Jonathan Milan se llevaron el triunfo ajustando su ritmo en los últimos metros y cerrando la prueba con un tiempo de 3:42.032, es decir, a 166 milésimas de los daneses Lasse Norman Hansen, Niklas Larsen, Frederik Madsen y Rasmus Pedersen.
El tren italiano había liderado durante la primera mitad de los cuatro kilómetros, pero Dinamarca remontó y había logrado una ventaja que parecía decisiva. Y no solamente lograron el primer triunfo de Italia en los Juegos Olímpicos en esta disciplina desde Roma 1960, sino que también firmaron un nuevo récord mundial después de la plusmarca mundial que firmaron el martes durante las clasificaciones (4:42.07).
Al finalizar la prueba, los integrantes del equipo italiano no pudieron ocultar el emoción de haber remontado en la última mitad de la carrera al equipo que ha dominado la disciplina en el último año, ya que llegaban a Tokio 2020 como vigentes campeones del mundo.
El camino de Dinamarca a la final estuvo lleno de drama y caos casi desde el primer momento. Una de las grandes polémicas entorno a ellos estuvo ligada al uso de unas cintas kinesiológica en las espinillas que causó generó la protesta principalmente de los británicos.
Chris Boardman, leyenda de este deporte, lo denunció a través de las redes sociales: “Todos los ciclistas con la misma lesión en ambas piernas requieren ‘cinta médica’ en la parte delantera de las piernas, coincidentemente y exactamente donde sería ventajoso en términos aerodinámicos.”
Además, los británicos también protestaron por el nuevo traje de los daneses, quienes tuvieron que ponerse el traje del Mundial del año pasado para el duelo contra Gran Bretaña, defensores del título olímpico, por un lugar en la final.
Horas después, Gran Bretaña y Dinamarca se enfrentaron en las semifinales del ciclismo de persecución por equipos y la rivalidad llegó a su punto máximo con un fuerte choque entre el danés Fredrik Madsen y su rival británico Charlie Tanfield. Después de este incidente, Gran Bretaña protestó sin éxito por el resultado de la prueba y luego pidió que sus rivales sean descalificados por las cintas y chalecos usados en la competencia.
El organismo rector del ciclismo, Union Cycliste Internationale, finalmente dictaminó que los accesorios no era reglamentarios pero no optaron por la descalificación. Dinamarca se llevó una advertencia y lograron pelear por la consagración, aunque se toparon con una Italia que ganó a puro corazón.
Australia ganó la carrera por el bronce después de que Nueva Zelanda sufriera un accidente: perdió a uno de sus cuatro corredores debido a un fuerte choque que le permitió el equipo australiano integrado por Kelland O’Brien, Sam Welsford, Lucas Plapp y Alexander Porter sacar diferencias. Y Gran Bretaña, que había liderado el evento desde 2008, tuvo que conformarse con el séptimo lugar.
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