A siete días de la noticia que impactó a los Juegos Olímpicos de Tokio, Simone Biles volvió a reaparecer en las pistas para disputar la final de viga de equilibro que marcó el cierre de la gimnasia artística femenina en Japón y se subió al tercer peldaño del podio.
En esta ocasión, compitió contra la canadiense Elsabet Black, la japonesa Urara Ashikawa, la brasileña Flavia Saraiva, la rusa Vladislava Urazova, la norteamericana Sunisa Lee y las chinas Xijing Tang y Chenchen Guan. Fue la tercera en desarrollar su rutina en la jornada dentro el Centro de Gimnasia Ariake y obtuvo un puntaje de 14.000, lo que le permitió quedar en el tercer lugar para adueñarse de la medalla de bronce detrás de la china Guan que se apropió de la dorada (14.933) y Tang que ganó la plateada (14.233).
Una vez que finalizó su actuación, se fundió en un profundo abrazo con su compatriota Lee y su equipo, al mismo tiempo que en el estadio estallaba una ovación.
La deportista de 24 años, ganadora de cuatro medallas de oro y una de bronce en Río 2016, había decidido correrse de los eventos de salto, barras asimétricas, suelo y el all aroud femenino tras realizar apenas un salto errático en la competencia por equipos en su debut, lo que la empujó a marginarse tras algunas complicaciones en su salud mental.
En el último día de competencia de gimnasia, Biles reapareció en esta prueba en la que también había conquistado el bronce en Río 2016 tras quedar por detrás de la neerlandesa Sanne Wevers y la norteamericana Laurie Hernández. “Definitivamente se siente un poco más dulce que aquella medalla”, reconoció posteriormente en diálogo con la BBC.
En Tokio, Simone logró subirse previamente al podio para colgarse la medalla de plata en la competencia por equipos de aquel primer día que terminó con Rusia en el primer lugar y Estados Unidos en la segunda colocación con un team conformado por Jordan Chiles, Grace Mc Callum y las mencionadas Biles y Lee.
Sin la figura olímpica en las pistas, las competencias individuales en Tokio se repartieron entre Lee (all around femenino), la brasileña Rebeca Andrade (salto), la belga Nina Derwael (barras asimétricas) y la norteamericana Jade Carey (suelo).
“Ya no confío tanto en mí misma. Quizás esté envejeciendo. Hubo un par de días en que todo el mundo te tuitea y sientes el peso del mundo. No somos solo atletas. Somos personas al final del día y, a veces, simplemente tienes que dar un paso atrás. No quería salir y hacer algo estúpido y lastimarme. Siento que muchos atletas que han hablado realmente han ayudado. Es tan grande, son los Juegos Olímpicos. Al final del día no queremos que nos saquen de allí en una camilla”, había explicado Biles ante la prensa el día que optó por marginarse de la competencia por equipos. Días más tarde, se conoció que estaba siendo perjudicada por los “twisties” y hasta se animó a compartir un video en redes sociales para detallar el problema.
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