La joven bielorrusa Krystsina Tsimanouskaya está viviendo momentos de tensión en sus primeros Juegos Olímpicos, después haber denunciado a las autoridades de su país por intentar sacarla de Japón sin su consentimiento tras pronunciarse en contra del comité olímpico nacional, dirigido por Viktor Lukashenko (hijo del dictador Alexandr) a través de las redes sociales.
La velocista, que hoy debía presentarse en la primera ronda de los 200 metros libres (disciplina que en el campeonato Universiada de Nápoles 2019 le dio su única medalla de oro), está transitando una situación completamente diferente. Lejos de la Villa Olímpica, la atleta ingresó éste lunes a la sede diplomática de Polonia en Tokio custodiada por fuerzas policiales.
Tsimanouskaya tan sólo pudo competir en una de las dos categorías para las cuales se había preparado. El 30 de julio participó de la sexta serie de la primera ronda de los 100 metros libres y no pudo clasificar al quedar en el cuarto puesto tras completar el sprint en 11.47 segundos.
Por delante suyo terminaron avanzando a la siguiente fase la nigeriana Blessing Okagbare (1º, con 11.05), la británica Asha Philip (2º con 11.31) y la bahameña Tynia Gaither (3º con 11.34).
Después de su debut, y tras un descargo en sus redes sociales, se desató el caos.
“Algunas de nuestras chicas volaron hasta aquí pero no pudieron competir en relevo de 4x400 porque no tenían suficientes pruebas de dopaje. El entrenador me añadió a esta prueba sin mi consentimiento”, explicó la bielorrusa sobre aquella publicación.
Tras hablar de esa decisión públicamente, la joven de 24 años reveló que, “el entrenador principal se acercó a mí y me dijo que había una orden desde arriba para sacarme”. Pese a no estar preparada físicamente para competir en esa categoría, Tsimanouskaya estaba anotada para disputar la primera ronda el próximo jueves 4 de agosto.
Repentinamente, el Comité Olímpico bielorruso informó a través de un comunicado que su representante no iba a presentarse a ninguna de las dos competencias en las que estaba inscripta (200m y 4x400m), aludiendo a problemas en su “estado emocional y psicológico”. Algo que Tsimanouskaya desmintió.
El sueño olímpico parece estar a punto de terminar para la atleta a pesar de que el Viceministro de Relaciones Exteriores de Polonia, Marcin Przydacz, reconociera a través de twitter que, “Polonia hará lo que sea necesario para ayudarla a continuar su carrera deportiva”.
“Pido ayuda al Comité Olímpico Internacional. Están tratando de sacarme del país sin mi permiso y le estoy pidiendo al COI que se involucre”, denunció Tsimanouskaya de acuerdo con un vídeo grabado en Telegram y verificado por la cadena BBC.
El COI, por su parte, aseguró que Tsimanouskaya se encontraba “segura y a salvo” y que había pasado la noche en un hotel del aeropuerto de Haneda, en Tokio.
El portavoz de la entidad, Mark Adams, ha dicho que la velocista está en un “entorno seguro” y siendo atendida por autoridades japonesas, así como por personal de la ONU, según informa BBC.
Además, en una entrevista previa con la cadena de radio bielorrusa ERB, la atleta confirmó con un rotundo “sí” que tenía miedo a regresar a Bielorrusia, donde denunció que había sido objeto de numerosas amenazas tras sus críticas al comité olímpico nacional.
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