Brasil es uno de los máximos candidatos a quedarse con el oro olímpico en vóley y su selección lo ha demostrado en sus dos primeros partidos, al superar por 3 a 2 a la Argentina y por 3-0 a Túnez. Mientras el equipo brillaba en la cancha, en las redes sociales millones de usuarios de todo el mundo se quedaron con la imagen de dos de sus jugadores, quienes lucieron mascarillas durante los encuentros.
Lucas Saatkamp, popularmente conocido como Lucão, y Maurício Borges decidieron dejarse el barbijo durante la competencia pese a que esto no es obligatorio. Los organizadores de Tokio 2020 establecieron rigurosas reglas que los atletas y asistentes deben respetar para evitar que el coronavirus arruine la fiesta, pero obviamente una vez que comienza la acción los deportes se practican con normal normalidad y allí no hace falta respetar el distanciamiento ni mucho menos protegerse el rostro.
Por ese motivo, la imagen de los voleibolistas dio la vuelta al mundo e incluso fueron calificados en modo de broma como “el orgullo de la OMS”. Desde Tokio y en diálogo con la cadena Globo, Lucão explicó que él ya contrajo el virus antes de disputar la Superliga en 2020 y si bien no tuvo consecuencias graves sí perdió mucho tiempo de ejercitación: “Me estaba dedicando, entrenando, a ponerme bien, a estar bien en la Superliga, para luego ponerme bien en la selección brasileña y tratar de no contagiarme el virus, porque sabía que poniéndome el virus tendría que gastar mucho tiempo en aislamiento. Pero con eso perdí toda la parte de física que me dediqué durante todo el tiempo que estuve atrapado en la pandemia“.
Lo cierto es que en la Superliga el jugador ya había disputado partidos con la mascarilla puesta: “Honestamente, ya no veo ninguna dificultad. Entrenar con y sin mascarilla es lo mismo, así que no veo por qué no usarla sabiendo que no solo puede protegerme a mí, sino proteger a mis colegas y evitar que contraer el virus de nuevo”.
Al ser consultado sobre cómo transitó la enfermedad, contó: “Estuve deprimido por un tiempo, pero me alegro de que fuera por poco tiempo. Luego mi esposa terminó quedándose embarazada y no sabíamos el riesgo que corría una mujer embarazada”.
Quien sí padeció el coronavirus fue el entrenador del seleccionado, Renan Dal Zotto, que a los 60 años, corrió riesgo real de muerte por el virus. Internado en abril en un hospital de Rio de Janeiro, fue intubado dos veces, recibió una traqueotomía, fue operado de emergencia por una trombosis en la arteria femoral, con colocación de un stent, y tuvo una infección pulmonar por una bacteria superresistente.
Durante los 36 días que estuvo en el hospital, en los que perdió la cuarta parte de su peso, admitió: “Hice muchos viajes durante este tiempo, y en dos de ellos, tuve la convicción que estaba muerto”.
Embalada tras conquistar recientemente la Liga de las Naciones, la selección masculina de voleibol de Brasil es una de las opciones a medalla más sólidas del ex anfitrión de los Juegos Olímpicos para Tokio 2020, donde defiende el oro logrado en Río 2016.
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