Fue debut, despedida y decepción. Emanuel Lucenti sólo duró 25 segundos sobre el tatami de Tokio, dado que el judoca argentino cayó en su presentación frente al búlgaro Ivailo Ivanov por una toma que lo sorprendió y lo dejó afuera de las eliminatorias de la categoría hasta 81 kilos.
“No entiendo nada. Prefería haber perdido de otra forma: fundido y sin el corazón. Esto no estaba en los planes”, fueron las primeras palabras que dijo ante los micrófonos de TyC Sports luego de su rápida despedida de los Juegos Olímpicos.
Dos asaltos de cuatro minutos cada uno tenía por delante el combate, pero solo duró 25 segundos. Fue el lapso de tiempo que tardó el búlgaro para derrotar al argentino, en la que fue por lejos su peor participación de las cuatro competencias olímpicas de las que tomó parte.
Lucenti había arrancado esa saga con un 21º lugar en su debut en los Juegos de Beijing 2008, pero en su mejor performance en Londres 2012 accedió a un 7º puesto con el que se llevó para la Argentina un diploma olímpico. Y su tarea en Río de Janeiro 2016 fue ligeramente inferior, ya que concluyó en un elogiable 9º puesto. Pero lo de esta cuarta jornada olímpica en la capital japonesa fue tan negativo que ni él mismo lo entendió, y de hecho lo puso así en palabras apenas terminada la competencia.
El tucumano de 36 años no supo encontrar explicaciones cuando intentó hacer un análisis de lo sucedido. “No lo vi. Nunca pensé que me iba a atacar así de rápido. Sabía que se metía abajo, pero no con ese agarre. No me dio tiempo ni para hacer un análisis”, subrayó con la indignación que le provocó su producción. “Me tocó mi honor y mi orgullo. Me dejó desconcertado. Jamás perdí así de rápido. Había imaginado otro tipo de lucha, porque él es un tipo que espera. Capaz él entendió que tenía que salir con esa agresividad desde el principio”, intentó argumentar.
Con la bronca del caso y en la búsqueda de explicaciones, Lucenti también se refirió a una posible falta de apoyo: “Es muy difícil venir a un Juego Olímpico, porque fue mucho sacrificio de entrenamiento. Fueron 4 años entre Tucumán y Santiago. Amo a todos mis compañeros, porque son como hermanos, pero necesito estar en el Tour y en el Circuito. No le echo la culpa a nadie, pero pido que me aprovechen. No sé lo que hubiera sido con un poco más de apoyo. Esto no se arregla con un solo campo de entrenamiento. Creo que soy una figura calificada del deporte, más allá de lo que pasó hoy, y me gustaría que me aprovechen un poco más como persona y como deportista”.
Antes de hacer las valijas y partir hacia la Argentina, el ganador de la medalla de bronce en Los Juegos Panamericanos de Guadalajara en 2011 y otras nueve preseas en Campeonatos Panamericanos de la especialidad dejó un mensaje hacia las nuevas generaciones. “He luchado con las costillas rotas. Me duele todo esto. No quiero que los chicos que vienen de abajo pasen lo mismo que pasé yo, como tener que vender un auto para competir o dormir en un aeropuerto. Si vuelvo, voy a regresar más renovado y con más fuerzas”, concluyó.
En la rama femenina, la española Cristina Cabaña se clasificó para la ronda de los octavos de final de la categoría de -63 kilos tras imponerse por la vía rápida a la filipina Kiyomi Watanabe. La extremeña, de 28 años y debutante en una cita olímpica, logró la segunda victoria para el judo nacional en el tatami del Nippon Budokan de la capital japonesa, donde sólo Julia Figueroa había podido sumar un triunfo.
Cabaña, número 37 del ranking mundial de este peso, lo hizo con mucha autoridad y se deshizo de Watanabe en 38 segundos, a la que derrotó por ippon para citarse con la eslovena Tina Trstenjak, número dos mundial y oro en Río de Janeiro hace cinco años.
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