Germán Adrián Ramón Burgos no está atravesando su mejor momento desde que decidió independizarse del cuerpo técnico del Cholo Simeone en el Atlético de Madrid. Tras un paso en falso por Newell’s, en las últimas horas el Aris de Salónica de Grecia decidió despedirlo de su cargo a pesar de haber conseguido 12 triunfos en sus últimos 18 compromisos.
El ex arquero había llegado al equipo europeo con un ambicioso proyecto en el que estaba a cargo de todas las divisiones de la entidad que había logrado alcanzar los playoffs en la competición doméstica. Sin embargo, la derrota por 2 a 1 frente al Maccabi de Tel Aviv de Israel provocó la eliminación en la ronda previa de la Conference League y el presidente de la institución, Theodoros Karipidis, optó por un cambio de rumbo.
Además, la caída frente al Pantolikos por 3 a 1 por la segunda fecha del torneo doméstico marcó el punto final al ciclo del Mono. Su reemplazante será Raúl Caneda, quien tomará las riendas del equipo griego. El español, que fue analista externo de Pep Guardiola en el Manchester City, ha cerrado su vínculo con el Aris tras firmar un contrato de dos años, según informan los medios locales.
El técnico de 53 años comenzó su carrera como asistente de Juanma Lillo, con el que trabajó en Dorados de Sinaloa (México), la Real Sociedad y el Almería. Su experiencia como primer entrenador la adquirió en Arabia Saudita: primero con el Al Ittihad, con el que consiguió 25 partidos consecutivos invicto, y después con el Al Nassr, en el que trabajó con el actual directo técnico del Olympiacos, Carlos Corberán.
El estratega ibérico, que estaba sin trabajo desde septiembre del 2020, asumirá en el elenco griego con el objetivo de volver a llevar al equipo a la clasificación de una competición internacional. Desde su fundación en 1914, el Aris ha ganado 3 campeonatos y una Copa de Grecia (aunque todos antes del 1970), y en la temporada del año pasado finalizó tercero, detrás del Olympiacos y del PAOK.
Burgos fue un personaje único de su época. Una especie extraña en ese fútbol de los 90 que lentamente se dirigía a formatear planteles enteros con jugadores vestidos con firmas europeas de diseño, perfumes franceses y autos exportados último modelo. O al menos hacerles creer en ese aspiracional. El Mono era un rockero vestido de arquero. Podía bromear con un rival o provocarlo. También con los hinchas. Era una bocanada de aire fresco en un ambiente que asfixia al distinto. “Cuando miro fútbol, miro cuatro partidos. Cuando analizo, analizo uno. Me gusta siempre que haya un partido en un monitor. Siempre tiene que haber en la TV un partido porque te puede dar alguna idea. Pero una cosa es mirar y otra analizar”, dijo en su momento en diálogo con Infobae. Tras dejar el club griego, donde sumó 12 triunfos, 2 empates y 4 derrotas, el ex arquero está a la espera de un nuevo desafío.
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