En la ciudad donde no se apagan las luces, las fiestas duran hasta el amanecer y los casinos nunca bajan la persiana, el brasileño Raphinha se regaló su primera gran noche con el Barcelona y, con un zurdazo espectacular tras un error de su compatriota Eder Militao en la salida del balón, le dio la victoria a los azulgrana en el clásico “no tan” amistoso contra el Real Madrid en Las Vegas (EE.UU.).
El golazo del brasileño brilló en la noche del debut con el Barça del polaco Robert Lewandowski, que se mostró muy activo y persistente en una primera parte de dominio sólido de los jugadores de Xavi Hernández.
Este clásico atípico y de pretemporada se disputó en el Allegiant Stadium de Las Vegas (EE.UU.) en medio de un gran ambiente con más de 61.000 espectadores en un estadio con capacidad para unas 65.000. Todos ellos fueron testigos de un encontronazo que estuvo cerca de acabar en una batalla si no hubiera sido por la intervención de algunos futbolistas.
El brasileño Vinícius había estado desaparecido durante casi toda la primera parte, pero en los últimos minutos se inventó varias arrancadas por la banda izquierda que dieron algo de chispa al pobre ataque blanco.
En una de ellas diseñó una fantástica carrera desde el medio del campo hasta el área que solo pudo cortar con una dura entrada Jordi Alba (terminó recibiendo una tarjeta amarilla), lo que desató una pelea entre los jugadores de ambos equipos. Empujones, protestas, piques... Este clásico era un amistoso sobre el papel, pero ninguno de los dos equipos se lo tomó así.
En las imágenes se pudo ver el momento en el que el delantero merengue Mariano empujó primero a Eric García sin motivos y posteriormente a Sergio Busquets. Fue en ese momento cuando el capitán culé intentó devolverle la agresión y el clima se descontroló por unos instantes. Otro de los cruces de pesos pesados que se produjo en esa acción fue el de los centrales Antonio Rudiger y Ronald Araujo.
“He visto muchísima gente del Barça (en Las Vegas). Siempre que venimos a Estados Unidos notamos el cariño de toda la gente y hoy ha sido un clásico, que era un amistoso pero siempre es un clásico (...). Los clásicos no tienen nada de amistoso y al final es importante seguir ganando”, indicó Jordi Alba en la rueda de prensa posterior al encuentro.
Del otro lado, Tibauth Courtois intentó calmar los ánimos tras la derrota: “En pretemporada perdimos 7-3 contra Atlético en Nueva York (2019) y después le ganamos dos veces y ganamos la Liga. Los amistosos no dicen mucho, quieres ganar ante la afición en Estados Unidos, pero se trata de tomar ritmo”.
Lo cierto es que, con más ritmo que el Real Madrid (este era el primer partido de los blancos en pretemporada, mientras que los blaugrana venían de ganar 0-6 al Inter Miami el martes), el Barcelona se adueñó del Clásico desde el arranque. De la mano de Raphinha y Ansu Fati, que abrieron mucho el campo, el Barça mostró una prometedora intensidad en las pelotas divididas y agobió con su presión la salida del balón de los blancos, muy imprecisos.
Dembélé en dos ocasiones y Dest obligaron a tres fantásticas paradas de del arquero belga, que tras su exhibición en la final de la Liga de Campeones y en toda la pasada temporada fue a la postre de los mejores del Real Madrid.
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