El 30 de octubre no será un día más en el calendario para Sergio Agüero. El ex delantero argentino seguramente recordará por siempre esa fecha ya que fue la última vez que jugó un partido a nivel profesional después de padecer una arritmia cardíaca en medio del duelo contra el Alavés en el Camp Nou.
Casi siete meses después de aquel episodio, el Kun pudo hablar del tema en una entrevista personal con el periodista Pablo Motos de El Hormiguero de Antena 3, y reveló algunos detalles desconocidos hasta el momento.
“Empecé a sentirme mal en la pretemporada, con síntomas raros, pero pensé que eran los entrenamientos, el calor... Después me lesioné y estuve un mes parado, pero aun así me sentía incómodo”, recordó el ex jugador del Manchester City sobre las primeras señales que le manifestaba su cuerpo.
“Después ya empecé a entrenar con el equipo y en los entrenamientos me ahogaba bastante, hasta que un día que estaba el médico cerca le dije que me sentía mal, entonces me mareé un poco y empezó la arritmia. El médico me hizo un chequeo y salió todo bien, pero a la semana siguiente me volvió a pasar en el estadio”, explicó.
Las imágenes de aquel momento quedarán en la retina de los amantes del fútbol. A los 37 minutos del primer tiempo Agüero saltó a cabecear y posteriormente empezó a tomarse el cuello hasta que terminó tirándose al césped sembrando desconcierto en todo el Camp Nou.
“Me empecé a sentir mal y le quise gritar al árbitro para que parase el partido, pero no me salía la voz. Ahí empecé marearme, así que agarré la mano de un defensa y le pedí que parara el partido. Después se me pasó el mareo y empezó la arritmia. Cuando paró, me llevaron al hospital y estuve tres días ingresado”, relató.
Acto seguido, el periodista le preguntó cómo se siente tener una arritmia y el Kun le contestó: “Sientes que te palpita el corazón a una velocidad muy rápida y parece que esos 30 o 45 segundos son 5 minutos. En el entrenamiento duró 25 segundos y en el partido, un minuto y pico”.
Al ver lo que estaba pasando con su cuerpo, y sobre todo con su corazón, el temor se apoderó de él: “Estoy por morirme, la concha de la madre, pensé que me iba para arriba”, comentó.
Después de estabilizarlo, y tras varios días de estudios y chequeos médicos, llegaba la hora de afrontar otro momento difícil: “El médico me dijo que podría jugar pero que me podría pasar de nuevo y podría ser peor”, detalló sobre la charla que mantuvo con el profesional que lo atendió. “Y después de mucho pensarlo, dije: ‘Ya está, tengo 33 años, un hijo y una vida por delante’”, añadió.
“Lo único que me dejó como bloqueado fue que iba a jugar en el Barcelona y quería darlo todo por el club, que además estaba en una situación mala. Eso fue lo que me quedó pendiente, pero terminé haciendo mi último gol al Real Madrid”, recordó el argentino a tono de broma y despertando las risas en el estudio.
“Cuando me retiré dejé de ver fútbol cuatro o cinco meses porque quería pensar en otras cosas y no en fútbol. Ahora, cada vez que veo un partido, pienso lo que haría yo en ese momento, como si estuviese jugando”, sentenció.
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