Desde que arribó a Inglaterra en 2018 para tomar las riendas del Leeds United en la segunda división británica se registraron incontables episodios que tuvieron a Marcelo Bielsa como protagonista. El condado de Yorkshire del Oeste lo adoptó como un héroe local y, entre otras reverencias, le concedió el nombre de una calle. Canciones reversionadas, paredones y pintadas en alusión al Loco y hasta tatuajes entre los fanáticos fueron cuestiones virales en los últimos tiempos. Pero solamente su círculo íntimo, los que lo conocen en detalle, pueden desentrañar al personaje en plenitud.
El libro escrito por Salim Lamrani, antiguo intérprete del entrenador argentino en Leeds, resultó ser una biblia para comprender al rosarino en su día a día. De entrada, el traductor aclaró por qué su soberano optó por no manejarse con el inglés en las conferencias: “Entendía bastante bien, pero como sus expresiones suelen ser precisas y rigurosas, prefirió usar el castellano”. De hecho el propio Bielsa argumentó en uno de sus primeros contactos con la prensa: “I want to say that my english is bad. I would be embarassed if I hear me speaking it. But I will improve, I want to will improve (’Quisiera decirles que mi inglés es malo y me sentiría avergonzado con la idea de oírme hablar en este idioma. Pero deseo mejorarlo. Quería transmitir ese mensaje’. Quería decir eso antes de empezar”.
Sin embargo, el idioma nunca fue un impedimento para fraternizar con sus dirigidos: “Siempre privilegio el aspecto humano a los imperativos deportivos”. La mención fue para la licencia que le otorgó al defensor sueco Pontus Jansson, que pudo viajar hacia su país para el nacimiento de su hija Bella. A pesar de las altas exigencias y la enorme cantidad de bajas que el Leeds sufrió en ese lapso de la temporada 2018/2019, en la que se frustraría el ascenso, el Loco dio vía libre al escandinavo.
Su estrecho lazo con el plantel también se reflejó en su visita a Londres para visitar a su arquero Jamal Blackman, que se había lesionado de gravedad justo cuando se le presentó la oportunidad de ser titular. La rehabilitación fue en la capital del Reino Unido, ya que el Chelsea era el club dueño del pase del guardameta que estaba cedido. Y la presencia del Loco originó su encuentro con su colega italiano Maurizio Sarri, que en ese momento comandaba a los Blues. Bielsa y Lamrani coincidieron en una reflexión luego del diálogo con el técnico napolitano: “Sarri es el tipo de persona que no dudaría en ir a un restaurante popular a comerse una pizza con un obrero de la zona”.
En su libro “El fútbol según Bielsa”, Lamrani cuenta una anécdota que vale la pena extraer: “El 21 de julio de 2018, Marcelo Bielsa celebraba su cumpleaños número 63. Los jugadores decidieron prepararle una sorpresa. Liam Cooper, en nombre del grupo, me indicó que el equipo deseaba hablar con el entrenador a la mayor brevedad sobre el contenido de los entrenamientos diarios y del ritmo impuesto durante la pretemporada. ‘Lo esperamos en la sala de reunión y tenemos que hablar con él antes del inicio de la sesión del día’, me indicó el capitán. Subí entonces a la oficina de Marcelo para comunicarle la solicitud de los jugadores. Me miró con asombro y me preguntó si yo sabía de qué se trataba; le respondí que no. En realidad, los jugadores nos habían puesto al tanto. Marcelo decidió entonces ir a la sala. Después de saludar al grupo, indicó que estaba a su disposición. Pablo Hernández tomó entonces la palabra en español para decirle lo siguiente: ‘Míster, hemos hablado mucho entre nosotros sobre la organización de los entrenamientos y tenemos algunas críticas que hacer. Liam las tiene anotadas en un papel y se las va a comunicar’.
Liam Cooper abrió entonces la hoja y empezó repentinamente a cantar ‘cumpleaños feliz’ en español, seguido en coro por todo el grupo que reía a carcajadas. El rostro de Marcelo se iluminó con una gran sonrisa. El entrenador agradeció calurosamente a cada uno de los jugadores por el gesto generoso y abandonó la sala moviendo la cabeza de derecha a izquierda y riendo de haber caído en la benevolente trampa”.
Lamrani, presente en cada una de las sesiones de entrenamiento de la plantilla blanca, reflexionó sobre esta sorpresa: “Esto ilustra el excelente ambiente que reinaba en Thopr Arch durante toda la pretemporada y la estima de la que gozaba el técnico. A pesar de las largas jornadas de trabajo, los jugadores unánimemente adhirieron al cambio de cultura y se sometieron a las exigencias del fútbol de Marcelo Bielsa. Eran felices de volver a verse cada mañana, y la alegría y el bueno humor, condimentos indispensables en la vida de todo grupo social, flotaban sobre el centro de entrenamiento”.
Tal fue el grado de complicidad de Bielsa con sus pupilos que durante un parate de un par de semanas por Fecha FIFA en medio de la temporada, algunos de los jugadores que no habían sido convocados por sus seleccionados nacionales recibieron días de descanso extra para recuperarse de la agotadora temporada de Premiership. A sabiendas de la debilidad del DT por las harinas, fue el norirlandés Stuart Dallas el elegido por sus compañeros para golpear la puerta de su oficina y negociar un día libre más con una enorme caja de donas en sus manos. El soborno surtió efecto: los jugadores lograron su cometido.
Desde 2014 a 2016, el argentino había dirigido al Olympique de Marsella, donde también había generado una revolución aunque sin el éxito deportivo que consiguió en Elland Road. Y antes de hacerse cargo del Lille en la temporada 2017/2018, tuvo una frustrada llegada a la Lazio de Italia. Algunos incumplimientos por parte de la directiva romana lo llevaron a tomar la determinación de no firmar con la squadra de la Serie A. Sin embargo, hubo otro conjunto que ya lo había querido llevar a Inglaterra antes de arribar a Leeds. El Swansea, institución de Gales que milita en territorio inglés, quiso hacerse con sus servicios pero no cumplió con uno de los requisitos fundamentales para Bielsa a la hora de elegir equipos para dirigir: el campeonato ya estaba en marcha y él prefiere arrancar desde cero para escoger los fichajes, liderar la pretemporada y preparar al grupo para la competencia oficial.
El actual plantel de Leeds todavía cuenta con varios elementos de aquella primera temporada en la segunda división. Ese grupo formó un espíritu de solidaridad admirable. Y uno de los grandes responsables fue Salim Lamrani, que empardó su nivel de conciencia social con el del líder del cuerpo técnico. Así, por caso, surgió la idea de recolectar la basura en el centro de entrenamiento a las pocas semanas de haber desembarcado en suelo inglés. Y entrada la temporada, tras percatarse de la gran cantidad de personas sin techo que vivían en las calles de Leeds, el intérprete diseñó otro proyecto que contó con el aval de Bielsa y la participación de los futbolistas en el período invernal: una vez a la semana, ayudaron a siete indigentes con la entrega de alimentos, elementos de higiene personal y ropa. Los jugadores se dividieron en turnos para armar paquetes que distribuyeron en las zonas aledañas al club. Hasta inclusive el español Pablo Hernández acudió a una de las citas con su hijo de 7 años llamado Eric para brindarle una memorable lección de vida.
La unión grupal dentro y fuera de la cancha simbolizó la piedra fundamental de un equipo que perecería en los playoffs por el tercer ascenso en 2019, pero luego alcanzaría la gloria en 2020.
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