La historia fue puesta nuevamente sobre el tapete por algunos medios españoles, pero viene de larga data. Fue en el año 2017 que Lionel Messi adquirió el Hotel MiM Sitges de Barcelona por una suma cercana a los 30 millones de euros. Ahora, por supuestos incumplimientos de la normativa urbanística de la ciudad en cuanto a la extensión de los balcones, se informó que el Ayuntamiento obligaría al argentino a demoler el edificio por el que realizó tamaña inversión. Pero la información es imprecisa: en realidad se trata de una amenaza del constructor para que las autoridades den marcha atrás con las presiones.
Francisco Sánchez Rodríguez fue quien construyó en 2013 este hotel boutique de 4 estrellas superior ubicado a 50 metros de la playa, que cuenta con 77 habitaciones y suites, 300 metros cuadrados de salones con luz natural, un spa de lujo con circuito de aguas, piscina, gimnasio y sky bar. Tiempo atrás, el empresario le había solicitado al Ayuntamiento de Sitges las licencias pertinentes para levantar la obra que fue terminada con unos balcones que sobresalen de la fachada y no cumplían con las reglamentaciones, por lo que le ordenaron demolerlos.
Según las publicaciones de medios españoles, Sánchez Rodríguez se prestó a un tire y afloje con las autoridades locales, que le ordenaron tirar abajo esos salientes de la estructura para seguir ofreciendo alojamiento en el complejo, que cuenta con habitaciones que van de 105 a 216 euros (desde 119 a 244 dólares) la noche en base doble. El antiguo dueño argumentó que, en caso de derribar los balcones, tendría que tirarse abajo el edificio completo por cuestiones de cimientos y estructura. Buscó alternativas y hasta quitó las barandas de los miradores anulando el paso a los mismos con ventanales fijos para que siguiera funcionando.
Incluso se dijo que en 2018, cuando ya había efectuado la venta del inmueble, presentó un recurso de apelación contra la decisión del juzgado de Barcelona, que le ordenó tirar abajo los balcones, fue rechazado (y además recibió una multa coercitiva).
“Después de un largo procedimiento judicial, finalmente la sentencia es firme y nos da la razón como ayuntamiento. En esta sentencia, se constata que hay que derribar ‘los balcones’. Actualmente, el ayuntamiento ha iniciado los trámites para que la propiedad del inmueble derribe los cuerpos salientes. Aún no se ha procedido al derribo, ya que la propiedad indica que ‘los cuerpos salientes son estructurales y la demolición de estos pone en riesgo la estructura del hotel’ y evidentemente se debe valorar técnicamente cuál es la manera de dar cumplimiento a la sentencia teniendo en cuenta los riesgos”, fue lo que precisaron las autoridades locales.
Fuentes políticas locales le aseguraron a Infobae que los salientes fueron aprobados por parte del Ayuntamiento a la hora de construirse el edificio. Tras el cambio de gobierno y las modificaciones de algunas legislaciones, procedieron al pedido de quitar los cuerpos del hotel gestionado por la cadena Majestic y emplazado en la reconocida Avenida Sofía de Sitges.
Es el propio Francisco Sánchez Rodríguez quien lleva adelante el litigio y alegó unilateralmente que el edificio deberá ser derrumbado, como “método de presión” hacia las autoridades de turno que insisten en la corrección de la fachada según dicta la urbanística catalana. En el peor de los casos, si la determinación de retocar esos salientes queda firme, los gastos correspondientes a la obra se costearán con un dinero en concepto de “futuros problemas” que Messi apartó al momento de la transacción en 2017, en concepto de contingencias.
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