Fue uno de los apuntados luego de la derrota de Inglaterra por penales frente a Italia en la final de la Eurocopa jugada en Wembley. La falla de Marcus Rashford en su penal al igual que sus compañeros Jadon Sancho y Bukayo Saka, generó una ola de insultos racistas en sus redes sociales algo que fue muy repudiado, entre ellos el Primer Ministro Británico, Boris Johnson.
Sin embargo, con el correr de las horas Rashford comenzó con su resiliencia y fue a partir de una carta que le escribió un niño de nueve años llamado Dexter Rosier, y que el delantero del Manchester United publicó en sus redes sociales. Más tarde. Marcus tomó el mismo camino para comunicarse.
El jugador de 23 años posteó una misiva donde entre sus principales conceptos reconoció: “Probablemente llegué a esa final con falta de confianza. Siempre he tomado distancia para tirar un penal, pero algo no me pareció del todo correcto”.
Marcus fue el responsable de ejecutar el tercer tiro desde los doce pasos. El arquero Gianluigi Donnarumma voló hacia el otro lado, aunque el remate del británico dio en el palo. Luego de igualar 1-1 en los 120 minutos de juego, la Scuadra Azzurra venció (3-2) en la definición.
“Un penal era todo lo que me habían pedido que contribuyera para el equipo. Puedo marcar penales mientras duermo, ¿por qué no ese? Ha estado jugando en mi cabeza una y otra vez desde que tiré la pelota y probablemente no haya una palabra para describir cómo se siente”, confesó.
Si bien ya pasó mucha agua debajo del puente y los protagonistas se encuentran focalizados en sus compromisos de la Champions League, en las últimas horas un simpatizante inglés que se había grabado mientras profería insultos racistas contra los futbolistas Marcus Rashford, Jadon Sancho y Bukayo Saka fue condenado a diez semanas de prisión en Londres.
Jonathan Best, de 52 años, publicó en su página de Facebook un vídeo de 18 segundos en el que lanzaba una serie de ataques contra los tres jugadores, que habían fallado sus lanzamientos en la sesión de tiros decisiva contra Italia. El acusado se declaró culpable y el tribunal de Willesden (noroeste de Londres) le condenó por haber “hecho público en una red de comunicación un mensaje o un contenido extremadamente insultante”.
Rashford, Sancho y Saka habían recibido una avalancha de mensajes racistas en las redes sociales tras la final del 11 de julio en Wembley, en la que Inglaterra había dejado pasar la oportunidad de ganar su primer gran título desde el Mundial de 1966.
El juez Denis Brennan explicó que había contemplado en un primer momento que la pena quedara en suspenso pero que luego decidió que fuera un castigo con cumplimiento en firme para disuadir a otras personas de hacer lo mismo en el futuro. “Las palabras que ha empleado eran soeces, infames e insultantes, atacan la misma naturaleza de nuestra sociedad civilizada”, estimó el magistrado en su veredicto.
El vídeo de Best fue señalado a Facebook y a la policía por un colega y por un contacto en la red social, después de que se negara a suprimir el material. “Es mi perfil, hago lo que quiero”, les respondió Best, según la fiscal Elaine Cousins. Ahora el acusado deberá pasar las próximas diez semanas tras las rejas.
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