La salida de Lionel Messi del FC Barcelona implica mucho más que simplemente un jugador cambiando de camiseta y compañeros. El marketing alrededor del astro argentino es masivo y el cuadro español poco a poco va sufriendo las consecuencias de no tenerlo más dentro de su plantel. La venta de camisetas, la publicidad y la baja demanda de entradas para los partidos son algunos de los aspectos más perjudiciales desde la ida de la Pulga al París Saint Germain durante la última ventana de transferencias.
Lo cierto es que el Blaugrana está luchando por vender los tickets para su primer partido de la Champions League. Las restricciones por el Covid-19 han limitado la capacidad permitida del Camp Nou y en la actualidad tiene permitido un aforo de alrededor de 40.000 espectadores para su encuentro inaugural en el plano internacional contra el Bayern Múnich el próximo martes. La dirigencia del Barcelona se sorprendió por la respuesta decepcionante de sus fanáticos que tienen abonos de temporada.
Solo 31.213 solicitaron boletos para el juego dejando cerca de 8.000 sin reclamar a pesar de los socios de temporada tienen incluida la entrada a los partidos del mayor torneo continental a nivel clubes. El club había anticipado recibir más solicitudes que tickets disponibles y había preparado un sistema de lotería para elegir qué seguidores podrían ver el encuentro frente al campeón de Alemania. Las entradas ya están a la venta general con precios que van desde los 109 hasta los 199 euros.
Además de ser el primer partido internacional oficial del Barça sin Messi, es también su primer encuentro con el Bayern Múnich desde que sufrió la caída más dura en Europa de su historia: fue derrotado 2-8 hace dos años en los que algunos lo catalogan como el inicio de la salida de la Pulga del cuadro español. Además de perder en la delantera a Messi, el Barça en ese partido de 2019 también incluyó a Luis Suárez y Antoine Griezmann, que ahora juegan en el Atlético de Madrid.
Esta no sería la primera vez que el Barcelona no completa su estadio en el último tiempo. Cabe destacar que las restricciones de Covid-19 fueron aún más estrictas en el partido de La Liga contra el Getafe el mes pasado con solo 20.000 aficionados permitidos en el Camp Nou. Pero el número de miembros que tomaron la opción de ver el juego se acercó a los 19.000 y la tradición de que los aficionados siguieran de vacaciones en el mes de agosto se utilizó para explicar la baja demanda.
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