El 30 de septiembre de 2008 el joven Jack Wilshere, de 16 años y 256 días se convirtió en el futbolista más joven en debutar en la Premier League con el Arsenal. Aquel arranque que prosiguió la semana siguiente con su primer gol como profesional, parecía indicar que todo lo que este adolescente había mostrado con el equipo de reserva y en las categorías menores de la selección inglesa iba a dar grandes resultados en el campo profesional. Hoy, a casi 13 años de aquella inolvidable jornada, el futbolista se encuentra en el peor momento de su carrera.
“Nunca en mi vida pensé que iba a estar en esta posición. Hoy estuve corriendo en una pista de atletismo. Todo el mundo me decía que a los 28 o 29 años iba a estar en lo más alto de mi carrera. Y yo pensaba que así sería, que seguiría jugando para Inglaterra, que seguiría en un club top...”, comentó esta semana en diálogo con el sitio The Athletic.
Es que el mediocampista esta lejos de ser el futbolista que supo ser. Después de haberse incorporado a la academia del Arsenal en 2001 su nivel fue creciendo hasta llegar a formar parte del equipo sub-16 que se coronó campeón de la Copa Atalanta en la que además fue elegido como el mejor del torneo. Por eso llamó la atención de Arsène Wenger, quien de a poco fue tejiendo su inclusión en el primer equipo del que se convirtió en una pieza importante en la temporada 2012/13.
Sus actuaciones lo depositaron también en la selección mayor, con la que fue parte del Mundial 2014, en el que disputó dos partidos, en un certamen olvidable para un combinado que se despidió en primera ronda tras sumar apenas un punto en tres partidos, debido a un empate contra Costa Rica y derrotas contra Italia y Uruguay. También fue citado dos años más tarde a la Eurocopa 2016, pero pronto empezaría el capítulo oscuro de su carrera.
Es que las constantes lesiones hicieron que caigan en desgracia y su valor de mercado, que supo llegó a alcanzar los USD 25 millones, empezó a desplomarse.
Para la temporada 2016/17 fue cedido a otro club y al regresar recibió la peor noticia: “Tuve una conversación con Wenger cuando volví de mi cesión en el Bournemouth y me quedaban 12 meses de contrato. Me dijo: ‘Puedes irte, aquí no te vamos a ofrecer un nuevo contrato’. Yo sabía que Wenger me valoraba como futbolista y sabía que si tenía partidos podía ganarme la confianza. Tuve la misma conversación cuando me senté con (Unai) Emery y él me dijo: ‘Mira, aquí tienes un nuevo contrato pero no vas a estar en mi once titular’. Recuerdo que salí enfadado, llamé a mi agente y le dije que me tenía que ir. Quizás debí tomarme unos días para pensar que podía haber peleado por un puesto en ese centro del campo”.
De allí se marchó al West Ham United, de quien era fanático de niño, pero las cosas no mejoraron porque los inconvenientes físicos lo persiguieron. Es por eso que se fue al final de temporada y en enero de 2021 se sumó al Bournemouth, pero las cosas no fueron mucho mejores por lo que volvió a quedar libre tras un puñado de meses y ahora ningún club quiere contratarlo.
“Mis hijos ya están en una edad en la que entienden las cosas. Archie, que tiene nueve, me pregunta: ‘¿Y qué te parece la MLS? ¿Por qué no estás jugando en la liga?’. Le encanta el fútbol, lo sabe todo. A veces me dice: ¿Por qué no te quiere ningún equipo? No lo sé. ¿Cómo se lo explico?. Tienen amigos en el colegio y ya sabes como son los niños, pueden ser muy duros. ¿Por qué tu papá no trabaja? ¿Es que no es buen futbolista?”, declaró angustiado mientras aguarda por una oferta. “Lo más difícil es intentar explicarlo cuando preguntan cosas como: ¿Entonces por qué no firmas por un equipo en Inglaterra? Y yo pienso: porque nadie me quiere”.
Con 29 años el futbolista ha quedado marcado por sus lesiones y nadie parece querer arriesgarse a contratarlo, pese a que él está convencido que podrá cambiar esa imagen: “Quizás es por mi historial de lesiones y por las referencias que va dando la gente, pero creo que es injusto. La última vez que estuve lesionado fue en enero de 2020. Estoy abierto a jugar en el extranjero. De hecho, quiero ir y probar algo diferente, será bueno para mí y para mi familia. No quiero que se piense: ‘Mira, aquí está Wilshere, se va a lesionar hoy... o jugará cinco partidos y será una pérdida de dinero’”.
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