En uno de los mercados de fichajes más atípicos de los últimos años, donde los clubes europeos han sentido el impacto de la pandemia de COVID-19 y todavía deben apegarse a las regulaciones del Fair Play Financiero, la política deportiva del Paris Saint Germain no se corrió de su eje. Este club que tiene el inquebrantable respaldo financiero de Qatar es el único capaz por fuera de la Premier League de pagar astronómicos y le ha resultado sencillo seducir a las estrellas que quedaron flotando tras acabar su contrato. Su único gasto fueron los USD 70 millones que pagó a un urgido Inter de Milán por el lateral marroquí Achraf Hakimi, y también desembolsó cerca de 16 millones para hacer efectiva la compra del portugués Danilo Pereira, que ya estuvo en el plantel la pasada temporada cedido por el Porto FC. Más allá de eso, sus incorporaciones más estelares de este curso llegaron a costo cero: Sergio Ramos, Georginio Wijnaldum, Gianluigi Donnarumma y Lionel Messi. El astro argentino de 34 años abandonó el Camp Nou tras más de dos décadas como jugador del FC Barcelona para iniciar una nueva aventura. Mientras que algunos clubes de la liga inglesa buscaron seducirlo con la idea de jugar en el torneo de mayor calibre en Europa, el PSG ganó la puja al ofrecerle la oportunidad de ser parte de un vestuario plagado de estrellas y con talento de sobra para luchar por grandes objetivos.
A Leo Messi y a los directivo qataríes del Paris Saint Germain los une un mismo objetivo: luchar por el trofeo de la UEFA Champions League. La vitrinas del Parque de los Príncipes tienen un lugar reservado para La Orejona, esa que se les escapó en Lisboa hace dos temporadas, la misma que el crack rosarino no gana desde que compartió ataque con Neymar en el Barça. A más de seis años de aquella gesta, vuelven a encontrarse en una plantilla que tiene a Donnarumma, Keylor Navas, Ramos, Marquinhos, Marco Verratti, Leandro Paredes, Wijnaldum, Di María y Mbappé, todos jugadores que fueron titulares y ganaron una final de Champions, Mundial, Eurocopa o Copa América.
Ahora es cuando Mauricio Pochettino debe descifrar su enigma táctico para que las piezas de su costoso rompecabezas formen la figura más fiel a su filosofía de juego. Su gran desafío será engranar a las figuras que le han caído como parte del proyecto de un club que ha acumulado a varios futbolistas de alto perfil en busca de resultados, sin importar cuál sea el modelo de juego de su equipo.
Si ya Pochettino tenía a disposición un amplio abanico de jugadores de distinto perfiles, con el desembarco de Lionel Messi suma una pieza fija para su once inicial. Es sabido que La Pulga no cede minutos, elige jugar siempre, más ahora que la Copa Mundial de la FIFA de Qatar 2022 está más cerca que nunca. A su vez se trata del fichaje más importante de todos los realizados por Qatar Sports Investments (QSI) desde que tomó el mando de la entidad parisina. Aunque Neymar llegó por 222 millones de euros (USD 261 millones) en 2017, y Zlatan Ibrahimovic también tuvo su presentación en la Torre Eiffel en 2012, son dos jugadores que nunca ganaron un Balón de Oro. Messi tiene seis y todavía la ambición intacta de seguir ganando.
Existen un puñado de opciones donde se puede juntar a los All-Star sin desnaturalizarlos posicionalmente ni boicotear su potencial con funciones ajenas a sus recursos individuales. Y aunque el mercado de fichajes se mantendrá abierto hasta fin de agosto y es probable que haya salidas en el Paris Saint Germain, las alineaciones ya comienzan a girar en la cabeza del DT argentino.
• 4-2-3-1 | MESSI DE MEDIAPUNTA
Uno de los escenarios es que Lionel Messi ingrese en la dinámica del ataque parisino en el centro de una línea ofensiva que juegue por detrás de un delantero fijo, que sería Kylian Mbappé o Mauro Icardi, por quien recientemente el club pagó 50 millones de euros (USD 59 millones) y marcó uno de los goles en la victoria por 2-1 en Troyes en el inicio de la presente Ligue 1 (suma 34 goles en 64 partidos). En ese esquema, Neymar podría jugar recostado sobre la banda izquierda y permutar con Mbappé hacia el centro, mientras que Ángel Di María se ubicaría en el extremo derecho.
Es sabido que el 4-2-3-1 es el módulo que ha elegido con más frecuencia Pochettino desde que llegó a París, aunque tendría que convencer a Mbappé y Neymar de cederle la zona frontal del área a un Messi que también podría caer hacia el eje para generar superioridad numérica con los mediocentros, que pueden ser Paredes, Verratti, Wijnaldum o Idrissa Gueye, entre otros. El Plan B de este esquema es que Leo Messi juegue volcado hacia el costado de derecho para darle el centro a Neymar y dejar que Mbappé tome la izquierda, con Icardi por delante.
• 4-3-3 | MESSI DE EXTREMO DERECHO
Otra distribución que Mauricio Pochettino usó en durante su corta etapa en el PSG ha sido el 4-3-3, un esquema que Messi conoce desde sus primeros pasos en el FC Barcelona. El astro argentino podría volver a ocupar el extremo derecho como en sus inicios y tal como cuando ganó aquella última Champions League con Neymar, quien se posicionaba a la izquierda. El centro del ataque, que en aquel elenco dirigido por Luis Enrique quedaba en manos de Luis Suárez, quedaría para Mbappé o Icardi.
Aunque es un sistema que ofrece mayor seguridad en el mediocampo, Di María tendría que jugar como interior o quedar relegado para que esa zona quede conformada con Paredes, Verratti, Wijnaldum.
• 4-4-2 | MESSI DE DELANTERO
Un 4-4-2 podría funcionar para simplificar la ocupación de espacios y dejar que el talento se exprese sobre el campo. Messi podría ser uno de los atacantes pero a la vez tener la libertad de retroceder y crear espacios a sus espaldas para que Mbappé o Neymar rompan con su velocidad. El astro argentino es un especialista en hallar huecos para recibir libre y dirigir la orquesta desde la zona medular, además al caer a la zona de Verratti-Wijnaldum le daría balance al equipo.
Más aún con la posibilidad que tiene Pochettino de alinear laterales profundos como Hakimi o Juan Bernat: si ellos brindan la amplitud, los mediocampistas de afuera como Di María, Pablo Sarabia o Julian Draxler tendrían la posibilidad de cerrarse para influir en el juego interno. Aunque se ha visto algo así en París desde el 4-2-2-2 que alineaba Carlo Ancelotti, también es cierto que Poch usó este dibujo hace pocos días ante Troyes. Es claramente una disposición táctica que armoniza la distancias entre jugadores y deja que la calidad individual haga su trabajo.
• 3-4-3 | MESSI DE FALSO 9
No hay que pasar por alto que además de Messi también ha llegado una la capital francesa un futbolista de la talla de Sergio Ramos y, con la presencia de dos centrales de más calidad como Marquinhos y Kimpembe, quizás Pochettino elija jugar con línea de tres centrales como hacen otros grandes equipos del mundo, como eligen otros grande entrenadores como Thomas Tuchel, Julian Nagelsmann o Antonio Conte.
Con un sistema 3-4-3 no solamente podría aprovechar a sus mejores zagueros, sino también explotar al máximo el potencial de Hakimi por la banda derecha y Bernat por el otro carril. No serían buenas noticias para Di Maria o Icardi, pero el equipo parisino podría generar un buen bloque atrás que de soporte a un ataque con Neymar, Messi y Mbappé gozando de muchas libertades.
La conformación final del equipo lógicamente estará sujeta a las lesiones y el estado físico de los jugadores. Es probable que Mauricio Pochettino empiece con pequeños retoques y vaya descubriendo en cada sesión de entrenamiento cuál es el módulo que mejor encaja con la gran cantidad de opciones que tiene en su plantilla. Sus pupilos tendrán primero que ponerse a punto físicamente, agarrar ritmo futbolístico y puede que la primera gran muestra del potencial del Paris Saint Germain sea la jornada inicial de la fase de grupos de la UEFA Champions League en septiembre. Después de todo, ese es el objetivo principal en su política deportiva.
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