La llegada de Lionel Messi al PSG causó furor en la capital de Francia. Una multitud recibió al ídolo internacional con la expectativa puesta en la próxima edición de la Champions League, máximo anhelo del equipo de los sueños que se transformó en una potencia de Europa.
Sin embargo, no todos están felices con el arribo del mejor jugador del mundo al conjunto que lidera Mauricio Pochettino. En Marsella los fanáticos del Olympique están furiosos porque saben que sus aspiraciones a ganar la Ligue 1 y el resto de las competiciones domésticas se desvanecen con el desembarco del astro rosarino.
Así lo manifestó un seguidor del tradicional combinado que tiene como estratega a Jorge Sampaoli. En las últimas horas, un video se viralizó en las redes sociales por la violenta reacción de un simpatizante marsellés en un comercio local.
Con la camiseta blanca de su institución, el número 19 y la frase Fuck Messi en el sector donde habitualmente van los nombres de los jugadores, un ultra arribó a una casa de electrodomésticos y mostró cómo destrozaba a patadas los monitores en los que transmitían el fenómeno mundial enfocado en el desembarco de La Pulga a la Ciudad de las Luces.
El protagonista tampoco ocultó su identidad para reflejar la insólita reacción que tuvo contra los televisores. Tras bajarse el tapabocas y quitarse las gafas de sol, el ultra del Olympique ejecutó varios golpes hacia las pantallas hasta causar un daño irreparable.
Mientras tanto, a casi 800 kilómetros de distancia, el argentino se mostró con una remera blanca con la leyenda “Ici c’est París” (Acá es París) y saludó tímidamente desde lejos a los hinchas presentes en la zona cercana al Parque de Los Príncipes.
“Messi, Messi, Messi”, se sintió durante varios minutos tras observar el arribo del vehículo que trasladó a la leyenda internacional desde el aeropuerto hasta el estadio.
Luego, en una caravana que contó con un gran operativo de seguridad, Leo ingresó en la camioneta y se movió al lujoso hotel Royal Monceua, ubicado a metros de la avenida Champs Elyseés y del Arco del Triunfo, una de las zonas más importantes y costosas de París. Una vez instalado, Leo salió al balcón principal de su habitación acompañado de Antonela Roccuzzo y sus tres hijos, Mateo, Thiago y Ciro, para agradecer el afectuoso recibimiento de sus seguidores. En la nueva era del PSG, la mayoría manifestó su felicidad por contar con el crack argentino. Pero en Marsella la sensación fue completamente opuesta.
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