Lo que nunca parecía que iba a suceder, está aconteciendo. Lionel Messi jugará con una camiseta que no será la del Barcelona. Tras no renovar su vínculo con la entidad catalana por el tope salarial que impuso La Liga, el PSG tomó la iniciativa y cerró el que será el fichaje más importante de su historia. El argentino ya viajó con su familia a París y fue recibido por cientos de fanáticos que empezaron a mostrarle su afecto. Leo tuvo su primer contacto con ellos, portó un tapabocas con sus nuevos colores y lució una remera blanca con la inscripción: “Esto es París” (Ici c’est Paris).
Como si se tratara de la llegada de una banda de rock o con la magnitud del festejo de un título en cualquier rincón del planeta, los simpatizantes del París Saint Germain pero fundamentalmente devotos de Messi, se amucharon en los alrededores de la plataforma en la que aterrizó el avión privado del argentino, que salió desde Barcelona un par de horas antes. Banderas, cánticos y hasta bengalas se divisaron en la óptica de la Pulga, que apareció en una de las ventanas del aeropuerto y agradeció el afecto recibido.
En el preciso instante en el que el Camp Nou desvestía su fachada con las imágenes del mejor jugador de su historia, toda París comenzó a pintarse con los colores del equipo y el rostro del rosarino de 34 años que tirará paredes con el brasileño Neymar y el francés Kylian Mbappé (además, será dirigido por su coterráneo Mauricio Pochettino).
Este será solamente el principio de la locura que significará la temporada en la Ligue 1 y la Champions League para un elenco que sueña con recuperar el cetro de campeón a nivel doméstico (el último campeón fue Lille) y alzar la Orejona por primera vez en su historia. Los jeques árabes dueños del club inviertieron una verdadera fortuna para obtener lo que por ahora al PSG se le negó desde su existencia. El arquero italiano Gianluigi Donnarumma, el defensor español Sergio Ramos y el mediocampista neerlandés Georginio Wijnaldum fueron otros de los refuerzos en este mercado.
Hay vigilia por el arribo de Messi al estadio Parque de los Príncipes y lógicamente ocurrirá lo mismo en vísperas de su primer entrenamiento y partido oficial. El PSG le ganó 2-1 al recién ascendido Troyes el sábado pasado por la primera jornada del campeonato francés (uno de los tantos fue de Mauro Icardi) y el próximo sábado recibirá al Racing de Estrasburgo, encuentro al que Messi asistiría pese a no ser de la partida (le tomará al menos dos semanas aclimatarse y ponerse a punto desde lo físico y futbolístico).
Como las negociaciones fueron raudas y prácticamente no hubo tiempo de ajustar detalles, la familia Messi se instalará en primera instancia en el lujoso hotel cinco estrellas Le Royal Monceau, ubicado a unos 500 metros del Arco del Triunfo y los Campos Elíseos. A pesar de que el clan argento-catalán no dispondrá de la privacidad de la que tanto disfrutan, sí gozarán de las enormes comodidades de uno de los mejores alojamientos de la capital gala.
Según se informó, Leo firmará por dos años y contará con una cláusula para extender su vínculo. Jorge Messi, antes de marcharse de Barcelona, fue irónico respecto a las preguntas que le hicieron los cronistas presentes respecto a la salida de su hijo: “Averigüen en el club”.
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