El último partido de los octavos de final de la Eurocopa tuvo como protagonistas a Ucrania y Suecia. Mientras que en la instancia de los ocho mejores aguardaba Inglaterra, por su histórico triunfo por 2 a 0 sobre Alemania, en Glasgow los escandinavos se vieron las caras ante el elenco dirigido por Andriy Shevchenko.
El gol de Oleksandr Zinchenko puso en ventaja al conjunto de la Europa del Este, pero antes del descanso Emil Forsberg emparejó las acciones para sellar el 1 a 1 y llevar el pleito al tiempo suplementario.
Como el complemento fue de palo y palo (literalmente), la paridad no se movió del marcador. Los caños evitaron las conquistas de Sergiy Sydorchuk y Emil Forsberg, quienes provocaron los temblores en los arcos defendidos por Robin Olsen y Georgiy Bushchan. Por lo tanto, la igualdad hizo que el pleito se extienda al tiempo extra.
Lo más llamativo se produjo en la primera parte del tiempo extra. A los 98 minutos de juego, cuando todos los protagonistas estaban extenuados por el constante sacrificio, Marcus Danielsson arremetió contra la integridad de Artem Besedin con una brutal patada que obligó la revisión del VAR.
Como el árbitro Daniele Orsato había amonestado al central sueco por su infracción, sus asistentes que siguieron las acciones a través de los monitores invitaron al italiano a revisar la jugada. Sin dudas, cuando el colegiado volvió a observar la peligrosa y temeraria acción, expulsó al defensor escandinavo.
Con inferioridad numérica y dos días menos de descanso que su rival, los de Jan Andersson apostaron por refugiarse contra la valla defendida por Robin Olsen para intentar sacar los boletos hacia la siguiente fase a través de los penales. Sin embargo, en la última jugada apareció Artem Dovbyk para sellar el 2 a 1 a favor de Ucrania y escribir la historia más importante de su selección. Así, el equipo de Andriy Shevchenko volverá a presentarse el 3 de julio frente a la potencia británica que busca su primera Euro. Pero los ucranianos demostraron que no le temen a nadie.
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