La final de cualquier competencia se puede definir por detalles mínimos. Cuando se habla de la Champions League, no hay margen de error ya que una equivocación termina con el equipo rival llevándose el trofeo. Algo parecido le sucedió a Sir Alex Ferguson, histórico entrenador del Manchester United, cuando enfrentó al Barcelona en el partido definitorio por la Orejona en el 2011.
En un estadio repleto en Wembley, el encuentro llegó igualado 1-1 al final de la primera mitad. Una vez dentro del vestuario, el técnico escocés dudó en poner a uno de sus volantes a hacerle marca personal a Lionel Messi y lo pagó caro. “Debí haber cambiado en el entretiempo y poner a Ji-Sung Park sobre Messi. Eso fue un error. Me di cuenta diez minutos más tarde. Iba a hacerlo en el entretiempo pero como empatamos pensé que el partido sería distinto”, reveló en una entrevista en Sport Bible.
Ferguson se dio cuenta 10 minutos más tarde ya que la Pulga anotó un icónico gol de zurda frente a Edwin Van der Sar, arquero holandés que se retiró aquel día. “Estuvimos bastante bien en los últimos 10 minutos ese día. Hasta podríamos haber estado al frente pero si jugaba a Ji-Sung Park contra Messi, creo que les hubiéramos ganado”, insistió Ferguson en su charla con Gary Neville, ex futbolista al que dirigió en los Red Devils.
El jugador surcoreano fue de los jugadores más infravalorados del Manchester United junto a Brian McClair y Ronny Johnsen, según palabras del ex entrenador. Pero de los nombres que resaltó, siempre supo que el asiático era una rueda de auxilio que no puede faltar en ningún plantel. “Si había una persona que podía marcar a Lionel Messi era Ji-Sung Park”, concluyó Ferguson.
Al final, el Barcelona ganó aquel partido por 3-1 con goles de Pedro, Messi y David Villa en lo que sería la cuarta Orejona para la vitrina del cuadro español. La mentalidad ganadora del técnico escocés lo hace recordar los pequeños detalles en los que se equivocó a lo largo de su exitosa carrera en la que levantó un total de 49 títulos.
Durante sus 26 años en el banco de los Red Devils, se destacan las 13 Premier League, dos Champions League, un Mundial de Clubes y una Copa Intercontinental. Además, arrasó a nivel local con cinco FA Cup, 10 Supercopa de Inglaterra y cuatro Copas de la Liga. Pero el éxito de Ferguson había arrancado antes en su país natal: en el año 1977 ascendió con el Saint Mirren y después consiguió otros 10 campeonatos locales con el Aberdeen.
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