No son días sencillos para Lucas Barrios. Su trayectoria deportiva atraviesa un período turbulento en medio de la pandemia de coronavirus: se contagió dos veces de COVID-19 y padece una miocarditis leve de índole inflamatoria tras recuperarse por segunda vez de este mal que azota al mundo entero. A sus 36 años, siendo Gimnasia Esgrima de La Plata el decimoquinto equipo de su carrera y su quinto club en la Argentina, atraviesa un período de inactividad indefinido. Es difícil para cualquiera, pero más aún para un delantero que desplegó su fútbol por todo el mundo: jugó en Chile, México, Brasil, Rusia, Francia, incluso en China. También representó a la selección de Paraguay que llegó a los cuartos de final de la Copa Mundial de la FIFA 2010 y fue subcampeona en la Copa América 2011. Hitos que alcanzó gracias a su espectacular rendimiento en Alemania, siendo el goleador del Borussia Dortmund de Jürgen Klopp.
Lo ficharon en 2009 después de haberse consagrado el año anterior como el máximo goleador en el mundo reconocido por la IFFHS, estuvo allí tres años y su vínculo con esta institución aún está vigente. Es que los clubes de la Bundesliga suelen forjar lazos inquebrantables con aquellos jugadores que los llevaron a la gloria y Lucas Barrios ha sido bicampeón en la liga germana, además de alzar una Copa local. En diciembre de 2019, mientras jugaba en Huracán y antes de llegar a Gimnasia por pedido de Diego Armando Maradona, jugó un torneo de exhibición en Brasil con el equipo de leyendas del BVB. Es que en Europa nadie olvida sus 49 goles en 102 partidos con la camiseta de Los Negriamarillos.
En un mano a mano con Infobae previo a conocerse su particular estado de salud, Barrios hizo un repaso de aquella gloriosa época en Dortmund en la que considera que se convirtió en “jugador europeo”, donde aprendió nuevos conceptos bajo el ala de Jürgen Klopp y se nutrió de la pelea por el puesto con un Robert Lewandowski que daba sus primeros pasos en la élite. Además, opinó sobre la actualidad del fútbol argentino y los jugadores que emigran desde Sudamérica a las principales ligas del mundo.
— ¿Cómo hizo aquel Borussia Dortmund para reinar en la Bundesliga sobre el Bayern Múnich y el resto?
— Creo que Jürgen Klopp en ese momento fue una de las personas más importantes al reestructurar el equipo, al tratar de mezclar experiencia con juventud. Yo venía de ese año de Colo-Colo, de hacer muchos goles (NdR: 37 tantos en 38 partidos en 2008) y él apostó por mí. La verdad que siempre le voy a estar agradecido por haberme llevado a Europa y haber tenido la posibilidad de ser parte de ese equipo que fue ganador, que se impuso ante un Bayern Múnich que era fuerte también y le dio mucha alegría a la gente. Hemos sido bicampeones de la Bundesliga y eso va a quedar en el recuerdo para siempre, porque se hizo un trabajo muy bueno y creo que lo mejor de lo que tenía Jürgen era eso de reestructurar el equipo y llegar mucho a los jugadores jóvenes.
— ¿Qué recordás de la gestación de tu desembarco en Dortmund?
— La gente del Borussia Dortmund me va a ver un partido contra Palmeiras en Brasil por Copa Libertadores, yo ya había sido el jugador que más goles había anotado en todo el mundo en 2008 y ellos querían ratificar que mi juego podía ser el adecuado para Alemania. Ahí tuve la posibilidad del salto, porque Jürgen Klopp me pidió. A lo primero las cosas no anduvieron tan bien, porque se estaba armando el equipo, pero cuando empezaron a andar bien esa temporada hice casi 24 goles. Mi adaptación con Klopp fue muy buena. Me obligó a estudiar, me dijo “o aprendés alemán o no podés jugar acá”. Estoy muy agradecido a él también por eso, gracias a él pude aprender el idioma y es una enseñanza muy linda en lo personal. Traer lo que es la cultura alemana también.
— Nombrás constantemente a Jürgen Klopp, ¿qué tipo de relación tuvieron?
— Fue como un padre los tres años que tuve en Alemania. Siempre quiso que yo me quedara en el Dortmund, nunca me dejaba ir a otros lugares. Cada vez que un equipo me buscaba, me pedía que me quedara. Yo me fui porque después tuve la lesión en la Copa América 2011, ahí empezó jugar Robert Lewandowski y me llegó una buena oferta de China. Pero si fuese por Klopp, no quería que me fuera. Siempre me protegió y me acompañó en el sentido de que sabía que era extranjero, que tenía que aprender el idioma. Es muy cercano a todos pero sabía que yo particularmente necesitaba ese vínculo con él, estaba solo. Gracias a todas las charlas que tuve con él, que es un entrenador muy cercano al jugador, me pude adaptar de la mejor manera. Aprendí a hablar alemán, no perfecto, pero a 60 o 70%. Gracias a eso y al apoyo de mis compañeros de ese momento, tuve una adaptación increíble.
— ¿Y a nivel futbolístico cómo influyó en tu carrera?
— Me enseñó el camino, me cambió la forma de jugar. Me convirtió en un jugador más europeo. Gracias a él pude tener muchos años en Europa y estoy muy agradecido. Principalmente, aprendí que el delantero tiene que ayudar a presionar. Hay una frase que dice él siempre, un concepto que lo lleva a todos los equipos, que es el gegenpressing. A él le encanta esa manera de jugar en sus equipos, presionar para recuperar la pelota y que el equipo de él mantenga la posesión. Es una idea que va pasando por sus equipos y cuando la jerarquía es cada vez mayor, tiene la posibilidad de desarrollarlo mucho más de lo que podía hacerlo cuando recién comenzamos. Ha estructurado muy bien al Liverpool, como lo ha hecho en su momento en el Dortmund. A la distancia siempre le voy a desear lo mejor porque sabe uno sabe lo que fue como DT para uno. Y con la ideología que tiene le sigue yendo bien, quiere decir que hace bien las cosas.
— ¿Te hubiera gustado ser convocado a la Selección Argentina en ese momento de esplendor o Paraguay siempre fue una opción más firme?
— En ese momento, que me había ido muy bien en Colo-Colo y me fui a Europa, había muchos delanteros importantes en la Selección Argentina y a mí no se me convocaba. Yo siempre pensaba en mi equipo y sabía que si hacía las cosas bien ahí podía tener posibilidades. Pero ahí me vino a buscar el Tata Martino, nos sentamos a cenar en Alemania y él tenía muchas ganas de que yo fuera parte de su equipo. Mi mamá es paraguaya, tengo sangre paraguaya y es una de las mejores decisiones que tomé en mi carrera. Tengo sentimientos hacia ese país, así como mi papá es argentino, la mujer que me dio la vida es paraguaya. Y fueron casi ocho o nueve años representando a esa selección y fue una etapa muy buena. Estoy muy contento de que el Tata me haya llevado y haber sido partícipe de ese ciclo que quedó en la historia.
— Por esos años el DT de Argentina era Maradona, ¿no hablaron de eso cuando coincidieron en Gimnasia de La Plata?
— No, no hablamos de Diego con eso. Hablamos de muchas otras cosas, él siempre me quiso llevar a varios de los equipos donde estuvo y no se dio. Pero bueno, el último tiempo tuve la suerte de disfrutarlo y estar con él, de haber ido al Gimnasia y Esgrima de La Plata de la mano de él. Haber tenido tantos técnicos importantes y haber estado con Diego en su última etapa, la verdad que es un recuerdo hermoso para toda la vida. Los momentos que viví con él no me los saca nadie.
— ¿Cómo ves ahora al fútbol argentino en comparación con la Bundesliga y otras ligas del mundo, por ejemplo la de China?
— Sí, tuve la posibilidad de estar en China. Cuando el Borussia Dortmund me vendió al Guangzhou, fue partícipe de uno de los proyectos que tenían los chinos, querían ser potencia en el fútbol. Hoy la situación no es la mejor, más con todo lo que estamos viviendo. Muchos jugadores se fueron. En mi caso, yo estuve un año y medio. Más allá de eso, en China han mejorado un montón, en estructura, entrenamientos, tienen una base implementada que quizás en un futuro les puede dar esa posibilidad de explotar. Ojalá, porque le hace bien al fútbol que se invierta. Después la estructura alemana es muy grande, muy organizada. Sería lindo que el fútbol argentino sea así, que se inviertan en los estadios, porque el fútbol argentino no le tiene que envidiar nada a nadie, por eso vienen de todo el mundo a buscar jugadores argentinos. Pero bueno, falta mucho tiempo para eso, esperemos que el fútbol argentino y sudamericano crezcan porque tienen todo ser competitivos a nivel mundial.
— ¿Pero no considerás que cada vez hay menos jugadores de Argentina que dan el salto a ligas de élite?
— Creo que igual hay jugadores argentinos que tuvieron la posibilidad de llegar a equipos grandes, como cuando Lautaro Martínez fue al Inter o Lucas Alario y Exequiel Palacios al Bayer Leverkusen. Lo que sucede es que los europeos buscan delanteros o puestos que no tienen, no van a venir a buscar un jugador que ellos puedan armar. En Alemania además se apuesta mucho por las bases, el promedio de edad de los equipos es muy bajo. Pero creo que el fútbol argentino y sudamericano tienen elementos, porque también he estado en Brasil y desde ahí venden Europa. Quizás también la situación económica hoy lleva a que haya menos inversión del fútbol europeo en jugadores de afuera, valen mucho dinero. Ojalá que se pueda abrir ese puente que decís vos y que lleven más futbolistas sudamericanos a Europa, porque creo que muchos de lo que fuimos allá nos ha ido muy bien y hemos representado muy bien al fútbol sudamericano.
— ¿Cómo ves a Robert Lewandoski, ex compañero tuyo, y a su nuevo rival, Erling Haaland?
— Son grandes goleadores. Robert Lewandowski ha pasado todos los límites, uno que lo vio crecer y sabía cómo se preparaba, que era un jugador muy profesional, que llegaba una hora antes a los entrenamientos, hizo una diferencia enorme. Agarró mucha confianza impulsado también por aquel Dortmund. Yo no tuve la posibilidad de jugar con chicos como Reus o Götze, él se ha entendido muy bien con ellos y creció un montón. Es un animal. Después Haaland es alguien al que todos estamos viendo en este momento, para mí es uno de los mejores 9 que hay en el mundo, si no es el mejor por la edad que tiene, la calidad que muestra y la cantidad de experiencia que agarró en el poco tiempo que lleva en Primera. Hacer tantos goles en partidos de Champions League y en Alemania, creo que en un par de año vamos a estar hablando del mejor delantero del mundo. No tengo ninguna duda.
— ¿Y a Lucas Alario?
— A mí me pone muy contento que le esté yendo bien en Alemania, porque no es nada fácil ser sudamericano y llegar al fútbol alemán, con toda la adaptación de la que hablábamos antes. Hacer goles como los que hace él y llevar tanto tiempo en el Bayer Leverkusen, que es un equipo grande; eso me pone contento. Lo defino también como un goleador, que siempre está ahí, en el lugar indicado. Y que se haya adaptado al fútbol alemán y que le haya ido bien, quiere decir que el jugador argentino y sudamericano puede jugar en cualquier liga del mundo.
— ¿Cómo te ves a futuro? ¿Podrías volver a estar ligado al fútbol alemán?
— Tengo amigos allá que me preguntan si voy a ir volver cuando termine mi carrera. Yo siempre digo que estoy a disposición del Borussia Dortmund, lo que necesiten de mí voy a estar. Voy a seguir mi carrera como entrenador cuando termine de jugar, ojalá que el futuro nos cruce con el Dortmund. El cariño que tenemos con la gente es mutuo, me ha ido muy bien en el club y hemos hecho una relación muy grande con la gente. Espero algún día poder pasar otra vez por el Muro Amarillo y que pueda recordarme de la mejor manera, como yo recuerdo a esa hinchada increíble. Solamente sé que voy a estar ligado al club, ahora me toca ser parte del equipo de leyendas. Así que espero en algún momento volver a Dortmund.
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