Tres días pasaron del anuncio de la creación de la Superliga y el proyecto deportivo comenzó a tambalear después de que los gigantes de la Premier League, conocidos como el Big Six, anunciaran su salida de la competencia tras las palabras del presidente de la UEFA Aleksander Ceferín: “Todavía hay tiempo de cambiar de opinión. Todos cometemos errores”.
Conscientes de lo que estaba sucediendo, los dirigentes del nuevo torneo decidieron continuar adelante pese a la ausencia del Manchester City, Liverpool, Chelsea, Manchester United, Tottenham y Arsenal, hasta que finalmente fue Andrea Agnelli, vicepresidente de la Superliga el que reconoció que, “no se puede hacer un torneo de seis equipos”.
El mandamás de la Juventus fue consultado acerca de si a pesar de la marcha de los gigantes de la Premier el proyecto podría seguir adelante y respondió que, “para ser franco y honesto, no, evidentemente no es el caso”.
La baja de los equipos ingleses fue un duro golpe para la Superliga y como si fuera poco a ellos se le sumaron recientemente el Inter y el Atlético de Madrid y el Milan. “Hay un pacto de sangre entre nuestros clubes y seguimos adelante. Tiene un cien por cien de probabilidades de éxito”, había asegurado horas antes de conocer la última decisión del conjunto neroazurro y el rojiblanco a La Repubblica.
El dirigente italiano fue uno de los más fervientes impulsores de la Superliga junto con Florentino Pérez, presidente del Real Madrid. El oriundo de Turín, incluso, renunció a la presidencia de la ECA (Asociación de Clubes Europeos) para tomar posesión en la directiva de la nueva competencia.
Hasta el momento, los clubes que permanecen con la idea de continuar en el nuevo torneo son el Real Madrid, cuyo presidente es también el máximo directivo de éste, la Juventus, con Agnelli a la cabeza y el Barcelona de Joan Laporta, del que desde España aseguran que podría someter a votación de los socios su participación.
En ese contexto, y a pesar de que el proyecto esté desmoronándose poco a poco, Agnelli volvió a cargar contra la UEFA: “Gestiona nuestros derechos, los vende, decide cuantos nos redistribuye y también nos regula. Sin afrontar riesgos económicos y además, es nuestro rival. La FIFA y la UEFA obtienen grandes ingresos con nuestros jugadores, pero no nos han ayudado en plena crisis. Tienen que elegir: o son reguladores o promotores comerciales”.
Mientras los clubes fundadores van cayéndose del proyecto, Ceferin afirmó que “lo importante ahora es reconstruir la unidad de que gozaba el juego antes de esto”.
“Dije ayer que es admirable admitir un error y estos clubes cometieron un gran error. Pero ahora han vuelto al redil y sé que tienen mucho que ofrecer, no sólo a nuestras competiciones, sino a todo el fútbol europeo”, sentenció.
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