Zlatan Ibrahimovic volverá a vestir la histórica camiseta amarilla para representar nuevamente a la Selección de Suecia después de anunciar su retiro en 2016, tras participar en la Eurocopa.
Su reciente convocatoria para afrontar los próximos dos partidos por eliminatorias de cara al Mundial de Qatar 2022, recorrió el mundo, no solo por él sino por la tirante relación que mantuvo con el actual entrenador Janne Andersson.
Antes del anuncio oficial, ambos protagonistas se sentaron a limar asperezas en una reunión privada que se llevó a cabo en noviembre del 2020. Finalmente, el futbolista de 39 años aseguró que esas diferencias quedaron atrás y ahora solo piensa en hacer las cosas bien con su país.
“Hablamos de todo. En pocas palabras: trazamos una raya sobre todo lo ocurrido y miramos adelante. Nos tratamos con respeto”, afirmó Ibra en una entrevista con el programa Studio Blågul, del sitio oficial de la federación sueca.
“Fue muy positivo. Sentí que Janne fue muy sencillo y claro. Fue un ganador que pude conocer y reconocí esa mentalidad. Fue directo al grano y luego solo se habló de fútbol, fútbol y un poco más de fútbol. Janne dijo lo que pensaba y no fue realmente extraño”, reconoció.
“Janne me preguntó: ‘¿Quieres venir?’ Fui muy sincero: ‘Janne, el día que hagas la lista, pregúntame un día antes si estoy para jugar y te responderé con franqueza’. Y cuando ese día llegó, dije que me sentía preparado”, sentenció.
Los encontronazos entre el futbolista y el entrenador comenzaron a producirse después de que el ex FC Barcelona anunció su retiro tras disputar la Eurocopa del 2016. A partir de allí Ibrahimovic cargó contra el técnico de 58 años, sobre todo, por no haber incluido a jugadores de origen extranjero en su primera lista al asumir el cargo.
La relación se volvió más tirante cuando se acercaba el Mundial de Rusia 2018, en donde se especuló con el posible regreso del sueco para disputar el torneo, pese a no haber estado en el tramo final en el que el combinado logró la clasificación. “Si rechaza al equipo no creo que deba volver”, aseguraba Andersson por aquel entonces.
El diálogo se mantuvo distante entre ambos hasta noviembre. Incluso el jugador cargó con dureza dos meses antes de esa reunión que mantuvieron, cuando en septiembre el futbolista estalló en twitter y criticó el hecho de que no haya incluido en el once inicial que enfrentó a Francia por la Liga de Naciones a Dejan Kulusevski, de origen macedonio.
“Qué jodida broma. Otra prueba. Gente incompetente en puestos equivocados que asfixian al fútbol sueco”, publicó junto a una foto del jugador.
En la misma entrevista que le concedió a la Federación Sueca, Ibrahimovic también remarcó que, “estoy de vuelta porque lo merezco, por lo hecho en los últimos meses, no porque me llame Zlatan y sea Ibrahimovic, sino por lo que aporto en el campo. Por eso es por lo que te eligen”.
El máximo goleador histórico del país, con 62 goles, también se refirió a sí mismo diciendo que, “la mentalidad es la misma, él quiere ganar a cualquier precio. Tiene más experiencia hoy, es más listo (si es que es posible), se mueve con más inteligencia y hace lo que tiene que hacer para ayudar al equipo de la mejor forma”
“Cuando eres un jugador de fútbol y juegas en la selección nacional, es un honor, por supuesto. Quieres devolver tanto como sea posible. Simplemente se siente irreal. Paré cuando tenía 35 años y ahora, cuando tengo la oportunidad a los 39 ... es irreal”, reconoció sobre su regreso.
“Siento que mantengo un nivel muy alto. Por supuesto que hay una diferencia en física, pero yo mantengo un nivel muy alto, no hay nada de qué preocuparse”, concluyó.
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