Fue un nuevo golpe para el Barcelona, que a pesar del sacrificio de Lionel Messi se despidió en los octavos de final de la Champions League, tras empatar 1 a 1 la revancha con el Paris Saint Germain de Mauricio Pochettino.
“Estamos eliminados, pero nos vamos con una buena sensación. Tuvimos posibilidades de complicarle las cosas al contrario. Hicimos una gran primera parte, fuimos superiores con una gran actitud. Creo que merecimos algo más. Al menos, un 1-2 al descanso. Con eso hubiera sido todo diferente”, analizó Ronald Koeman luego del compromiso en conferencia de prensa; y reconoció que “el equipo ha hecho un desgaste enorme. También hay que tener un poco de suerte. Es la primera vez que el portero rival es el jugador del partido”.
Las recientes elecciones en la entidad catalana revivieron las esperanzas relacionadas con la continuidad de Lionel Messi en el Blaugrana. Y las negociaciones iniciadas con Sergio Agüero alimentaron la ilusión de los fanáticos por el vínculo que el Kun mantiene con el astro rosarino. En este sentido, el estratega neerlandés reflexionó: “En general Leo ve desde hace bastante que el equipo va a más. Con los cambios que hemos hecho, metiendo a gente joven... Messi no puede tener dudas sobre el futuro de este equipo”.
En el estadio Parque de los Príncipes de la capital francesa no hubo épica ni milagro, a pesar de que el Barcelona entregó su mejor versión desde que se instauró el ciclo del técnico con pasado en la Orange. El conjunto español pagó demasiado caro la fatídica noche del Camp Nou, donde se llevó una sorpresiva derrota de 1-4 que lo terminó dejando al borde de la cornisa. “Claro que son dos partidos contra ellos y la eliminatoria la perdimos en la segunda mitad en casa. Lo hemos tenido cerca. Hubo momentos en los que merecimos estar por delante en el marcador, con 1-2 o 1-3. El equipo ha demostrado que hay mucho futuro”, dijo Koeman.
Con el 50% de los octavos de final disputados, la Champions League continuará su curso hacia la final sin la presencia de Cristiano Ronaldo y Lionel Messi, dos de los jugadores que han marcado una era en el fútbol mundial. “No sé si le generará frustración a Leo. Es una lástima porque son dos grandes jugadores, pero hay que aceptarlo. En cuanto al futuro de Leo, es él quien tiene que decidir. Nadie le puede ayudar. Él ve desde hace tiempo que en este equipo hay mucho futuro. Ese no va a ser un argumento para que no se quede”, enfatizó el entrenador.
“Todos los culés pueden estar orgullosos del equipo y de la imagen que dimos. Incluido nuestro presidente, que dijo que diéramos la cara y la hemos dado. Desde el primer minuto hemos visto a un equipo que quería remontar, pero le ha faltado aprovechar las ocasiones. Esa es la diferencia entre ellos en el Camp Nou y hoy nosotros”, concluyó el neerlandés.
A diferencia de lo que ocurrió en marzo de 2017, cuando se despachó con un heroico 6-1 sobre el PSG y revirtió la serie, tras el 0-4 del primer partido, el Barcelona, en esta ocasión, no tuvo tanta efectividad ni contundencia.
Fue dominador de las acciones, pero el elenco catalán no mostró la puntería suficiente en los últimos metros, más allá de que el arquero Keylor Navas también hizo méritos para sostener la renta conseguida en la ida.
De hecho, el ex Real Madrid sacó patente de héroe a los 48 minutos del primer tiempo, cuando le atajó un penal a Messi, quien un rato antes había despachado un misil espectacular que ingresó por el ángulo para decretar la igualdad.
El Culé presionó campo arriba, con un Sergio Busquets que jugó más adelantado, con los franceses Dembelé y Griezmann que buscaron ser picantes por las bandas, más un Pedri que se asoció con el astro rosarino con el propósito de asfixiar a un equipo local, que se mostró impotente.
Así, el Blaugrana machacó y tuvo las mejores chances, con un disparo de Dembelé que sacó Navas y otro de Serginho Dest que reventó el travesaño, antes de la media hora inicial. Y durante la primera incursión ofensiva del conjunto local, PSG obtuvo renta máxima, ya que Clement Lenglet derribó al rosarino Mauro Icardi (de muy opaca actuación) y el árbitro Anthony Taylor sancionó el penal pertinente. La ejecución, a cargo de Kylian Mbappé, representó el 1-0 para el combinado parisino, que pareció relajarse con la apertura del marcador.
El Barcelona se despidió prematuramente de la competencia continental, algo que no ocurría desde la temporada 2007, cuando Liverpool lo dejó al margen también en la instancia de los 16 mejores.
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