El talentoso delantero Erling Haaland se convirtió en el protagonista del empate que le dio la clasificación a cuartos de final de Champions League al Borussia Dortmund, pero no sólo por el nuevo doblete que aportó en el Signal Iduna: también fue actor central de un curioso episodio que se produjo durante su segundo tanto.
El noruego, que ya había abierto el marcador a los 35 minutos, se dispuso a patear un penal que terminó recorriendo el mundo producto de un cruce con el arquero rival y una frase de acento argentino que ya se instaló en la historia del fútbol: “Kiricocho”.
De Argentina a Alemania, pasando por España y otros países. La palabra que salió de la capital bonaerense llegó a la boca del joven futbolista a modo de venganza.
Todo ocurrió a los 54 minutos, cuando Haaland se paró frente a la pelota para ejecutar la pena máxima. En su primer disparo, los micrófonos de la televisión española captaron el momento en el que el arquero marroquí Yassine Bounou gritó “Kiricocho” con la intención de que su oponente errara el tiro.
El histórico maleficio dio resultados. El noruego remató a la izquierda y el guardameta del Sevilla lo paró, dejando un rebote que nuevamente tomó el noruego y que volvió a tapar. Sin embargo, después de festejarle su intervención en la cara, el árbitro decidió que se volviera a patear, entendiendo que ninguno de sus pies estaba tocando la línea al momento de la ejecución.
Fue entonces cuando se volvió a escuchar la palabra en cuestión: “¡Kiricocho!”. Ésta vez fue el ex Salzburgo el que la habría utilizado antes de volver a patear al mismo palo. Pese a la estirada del arquero, el balón terminó entrando y fue el atacante el que se vengó festejándole en el rostro, acción que desencadenó una pelea que, posteriormente, se trasladó a los vestuarios.
“Fallé y Bono se burló. Entonces lo volví a tirar, lo marqué y ya no se burló. Cuando me gritó en la cara en el primer penalti, pensé ‘más me vale marcar otro gol’ y eso fue lo que pasó, así que genial”, explicó Haaland al terminar el partido. Y agregó: “No tengo ni idea de lo que le grité, le dije lo mismo que me había dicho él. No sé qué significa”.
La leyenda del “Kiricocho” tiene sus inicios en el fútbol argentino. Ésta palabra era nada más ni nada menos que el apodo de un aficionado de Estudiantes de La Plata, según detalló tiempo atrás David Mosquera. La historia cuenta que cada vez que éste fanático presenciaba una práctica dirigida por Carlos Bilardo sucedía un problema.
Fue así que el técnico le dio la misión a este hincha de que sea él quien reciba a los equipos rivales. ¿El resultado?: Estudiantes fue campeón del Torneo Metropolitano 1982 y solo perdió un partido como local, ante Boca, cuando Kiricocho no pudo acercarse al plantel Xeneize.
“Kiricocho” recorrió el mundo. Gracias a la llegada de Bilardo al banco del Sevilla, los españoles comenzaron a utilizarla, incluso en la final del Mundial de Sudáfrica 2010. Recientemente fue Joan Capdevila el que reconoció en una entrevista en al canal Movistar+ que él mismo pronunció las 10 letras durante aquel partido frente a Holanda.
“Sólo la he utilizado una vez en la famosa parada de Iker (Casillas) con (Arjen) Robben. En plan desesperado, lo primero que se me pasó por la cabeza fue la palabra “Kiricocho”. La he usado una vez y me ha ido bastante bien. No la he utilizado más”.
Al ser consultado de dónde la había sacado, explicó que se la oyó a Rubén Cousillas, ayudante del entrenador chileno Manuel Pellegrini en el Real Madrid.
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