Quizás no todos sepan que Képler Laverán Lima Ferreira, más conocido como Pepe, nació en Maceió (Brasil) hace exactamente 37 años. Hoy es el aniversario del defensor que cuando empezó a proyectarse como futbolista profesional fue captado por emisarios que lo vieron jugar en un entrenamiento del Corinthians Alagoano y se lo llevaron a Europa. Con el correr del tiempo mostró su valía y hasta se nacionalizó. En una extensa entrevista, el emblemático marcador central habló de temas íntimos que nunca antes había tocado.
“¿El truco para mantenerme competitivo a esta edad? Mi pasión por el fútbol. Todos los días me despierto para entrenar, trato de hacerlo de la mejor manera posible. Entreno de forma intensa y creo que esa es mi vitamina. Obviamente tener 25 no es tener 35 o 37, pero a esta edad puedo utilizar mejor la energía en el campo”, expresó en diálogo con Tribuna Expresso de Portugal. E inmediatamente dio pie a una declaración que sorprendió.
El futbolista del Porto aceptó que su genética lo ayudó para triunfar en el deporte pero remarcó que “también hay mucho trabajo detrás, mucho rigor en la comida y en el descanso. No siempre fui así de delgado; cuando tenía 3 ó 4 años era rechoncho, un poco gordito. A los 7 años comencé a adelgazar. Soy el único hijo varón de la familia, tengo tres hermanas (dos mayores), por lo que estaba muy, muy mimado”. Y remató: “Hasta que llegué a Portugal a los 17 años, dormía con mi madre. Ya era grande y dormía con mis padres, así que imagino que a mi papá no le gustaba mucho tenerme con ellos en la cama”.
Luego Pepe recordó que en un entrenamiento con su club de origen el entrenador y presidente del Marítimo de Portugal se habían presentado para evaluar las condiciones de un atacante al que él tenía que marcar. “Queremos vender al delantero para ayudar al club. Cuando te encare, no le robes el balón muchas veces”, le dijeron. El por entonces joven central brasileño aceptó la propuesta pero no lo llevó a la práctica. Tras el breve entrenamiento de 20 minutos se acercaron a él y le propusieron irse al fútbol portugués, algo que jamás dudó. Justo antes de viajar se rompió un pie en uno de sus últimos partidos con el Corinthians Alagoano y peligró su carrera, pero el presidente de su equipo lo tranquilizó y le dijo que haría la rehabilitación en Madeira, cuna de Cristiano Ronaldo. En ese entonces surgió la posibilidad de probarse en el Sporting de Lisboa.
“Conocí antes al padre, que trabajaba cerca del campo del Marítimo, las hermanas y la madre de Cris antes que a él. Cuando fui al Sporting compartíamos habitación. Yo era mayor que él, pero vi su profesionalidad en los entrenamientos. Cris iba primero al gimnasio”, rememoró.
Como nunca llegó a un acuerdo con el Sporting, permaneció dos años en el Marítimo antes de dar el salto al Porto. Cuando regresó al Marítimo llovieron las ofertas: Lyon de Francia, Ucrania y Holanda. Un representante llegó a Brasil con un millón de dólares para convencerlo de ir al Olympique, pero el reconocido representante Jorge Mendes, con quien tenía un acuerdo de palabra le dijo que jugara en un buen cub de Portugal y luego diera el salto a otros grandes de Europa. “Fue la mejor decisión de mi carrera”, aseguró Pepe, quien recordó la incredulidad de sus padres cuando les contó que no aceptaría el millón.
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