Luis Suárez fue actor de reparto en una película transcurrida en Barcelona que tuvo al ex presidente del club catalán Josep Maria Bartomeu como villano. Lionel Messi hizo público su deseo de marcharse de la institución y la directiva blaugrana no solamente le cerró con candado la puerta de salida sino que además lo tocó donde más le dolía: alejó a su compinche de ataque y amigo íntimo Suárez. El uruguayo terminó fichando por el Atlético Madrid, según se supo en su momento, en condición de libre. Sin embargo esto fue refutado.
El medio español Sport descubrió algunos detalles sobre la negociación entre el Barça y el Aleti para ponerse de acuerdo por la transferencia de un Lucho Suárez que, hasta aquí, creyó que su pase se había concretado a costo cero y de hecho lo había puesto como requisito indispensable para decir adiós ya que la decisión había sido tomada por el club (el jugador tenía un año más de vínculo).
Para comprender el cuadro de situación hay que remontarse a mediados de 2019, cuando el Barcelona fichó al francés Antoine Griezmann por el monto de 120 millones de euros correspondientes a su cláusula de rescisión. Pero a través de documentos oficiales el propietario de la entidad colchonera, Miguel Ángel Gil Marín, demostró que el acuerdo entre las partes se había concretado formalmente cuando la cláusula de salida de Griezmann ascendía a 200 millones de euros (es decir que había una diferencia de 80 millones).
Con la intención de evitar una batalla legal, los catalanes ofrecieron abonar 15 millones de euros extras más las prioridades en los fichajes de Saúl Ñíguez y José María Giménez, algo que desde la capital española aceptaron. Esta diferencia de dinero fue recortada por el Barcelona con el pase de Luis Suárez, tasado en un monto fijo de 5 millones de euros y otros 6 millones en concepto de variables.
Es decir que el Atlético no abonó 5 millones per se por el Pistolero sino que se le dedujo esa cifra de la deuda que el Barcelona tenía. La entidad catalana, que no goza de su mejor presente económico financiero, apretó el puño cuando el delantero de 34 años que es máximo artillero de la liga española con 16 gritos registró su vigésimo partido disputado ya que de esa forma embolsó 2 millones de euros más, según una de las cláusulas fijadas en la operación.
El próximo martes el equipo dirigido por Diego Simeone abrirá su serie de octavos de final de Champions League contra el Chelsea en el estadio Wanda Metropolitano. Si los Colchoneros avanzan a los cuartos del certamen continental, al Barcelona le corresponderán otros 2 millones de euros. Y lo mismo ocurrirá si el Atlético pisa los cuartos de la Liga de Campeones en la próxima temporada. Entonces, en concepto de variables, el Barça podría ingresar un total de 11 millones de euros que en realidad los Rojiblancos descontarían de su deuda por el pase de Griezmann.
Otro dato importante es que hasta mediados de año (fecha en la que hubiera expirado su contrato) el Barcelona le pagará la diferencia del salario que Suárez arregló con el Atlético. En las últimas horas, se supo que el charrúa dispone de una cláusula para rescindir su vínculo en Madrid en junio de 2021. Sobre su futuro, expresó hace algunos días: “Me sigo viendo disfrutando del momento que estoy viviendo hoy en la élite del fútbol, estando en el Atlético sigues en la élite del fútbol. Algunos no creían que podía llegar a seguir estando. Siguiendo con las mismas ganas, espero continuar este, el próximo año y los años que sean, compitiendo al máximo hasta que uno sea consciente y se dé cuenta de que hasta ahí llegó. Pero que no me va a sacar nadie, lo voy a decidir yo”
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