El Liverpool encarriló este martes su billete para los cuartos de final de la Champions League 2020-2021 después de imponerse por 2 a 0 al Red Bull Leipzig en el Puskas Arena de Budapest, en un partido marcado por los groseros errores de los de Julian Nagelsmann que no perdonó su rival para recuperar el juego que tenía acostumbrado a sus fanáticos.
Los Reds llegaban bajos de nivel al retorno de la Champions. Pero el cambio de escenario les sentó bien y volvieron a ser un equipo fiable y sólido para desarmar al segundo clasificado de la Bundesliga. El cuadro inglés castigó a causa de dos errores al inicio de la segunda parte en los pies de Mohamed Salah y Sadio Mané. Fieles a sus filosofías, Nagelsmann y Klopp mandaron repletos de energía a sus respectivos equipos al césped.
Leipzig y Liverpool se mostraron eléctricos desde el pitido inicial, buscando con ritmo y verticalidad la portería rival. Por ello, el primer susto no tardó en aparecer, con un cabezazo de Dani Olmo que salvó a Alisson. Sin embargo, ese remate del mediapunta español y un disparo desde fuera del área de Sabitzer, que atrapó sin problemas el arquero brasileño, fueron las únicas amenazas que tendría el equipo alemán que poco a poco fue víctima de la conocida intensidad ‘red’, que se fue adueñando con el paso de los minutos del duelo.
El campeón de la Premier League encontró un agujero en la espalda de la defensa de tres centrales de su rival y por ahí percutió su tridente con cierto aroma de peligro. Salah, rayando el fuera de juego, no acertó en su mano a mano ante Gulácsi y el rechace tampoco lo pudo aprovechar Firmino que estrelló su remate en el lateral de la red. Mané también avisó con un cabezazo cercano que se fue por encima del larguero, mientras que el contador de buenas ocasiones visitantes lo cerró Robertson que por muy poco no sorprendió con un tiro lejano al arquero búlgaro.
De todos modos, al conjunto de Julian Nagelsmann pareció sentarle bien el descanso y salió con renovada fuerza para la segunda mitad. Dani Olmo conectó con Nkunku y Alisson, un portero necesitado de buenas acciones tras sus fallos de los últimos partidos, recuperó confianza deteniendo en un mano a mano al delantero francés. Pero cuando el Leipzig parecía haber equilibrado el choque hasta que se encontró con el 0-1 después de un gran error de Sabitzer.
El capitán del equipo alemán realizó un impreciso envío hacia atrás que no encontró a Klostermann y ahí apareció el veloz Salah para esta vez no perdonar y poner por delante a los Reds. Antes de que el conjunto alemán pudiese asimilar el golpe, recibió el segundo, en otro regalo: esta vez de Mukiele, que no acertó a despejar un balón aéreo, le quedó a Mané al que tampoco le tembló el pulso para batir sin problemas a Gulácsi y poner un pie en la próxima ronda.
Nagelsmann intentó la reacción y la búsqueda de un gol que no obligase a un milagro en Inglaterra con los cambios ofensivos de Poulsen y Hwang. El Liverpool aguantó sin excesivos problemas, pero el surcoreano, con el partido prácticamente acabado, estuvo a punto de quitar algo del preciado botín que los de Klopp tratarán ahora de no perder en un Anfield que le ha dado la espalda en los últimos encuentros.
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