Fue un partido atípico. De esos que ocurren una vez cada tanto y se transforman en encuentros históricos por la épica de los humildes ante los poderosos. Así como alguna vez ocurrió con el Alcorcón, el Real Madrid fue eliminado de la Copa del Rey frente al Alcoyano, un humilde equipo de la tercera división (Segunda B) del fútbol español que hizo delirar a todo Alicante.
La victoria por 2 a 1 en el estadio El Collao despertó el delirio en la ciudad de Alcoy y los fanáticos aprovecharon para burlarse del Merengue. La leyenda de la moral del Alcoyano reapareció en el duelo correspondiente a los dieciseisavos de final de la Copa del Rey para humillar a un Real Madrid que llegaba golpeado por su frustrante participación en la Supercopa de España.
Mucho se ha escrito sobre la idea que vincula al club de Alicante con un espíritu de lucha y una capacidad de sacrificio a prueba del rival más exigente y del marcador más adverso que se hizo célebre a nivel nacional en los finales de la década del cuarenta y principios de los años cincuenta del siglo pasado, cuando el equipo de Alcoy estuvo cuatro temporadas en Primera División.
Prueba de ello han sido las eliminatorias del torneo copero disputadas ante rivales de primer nivel y la última superada en El Collao ante el Merengue, una potencia que tiene serias aspiraciones a ganar la Champions League. Los protagonistas del combinado del ascenso se vistieron de héroes al despachar al multicampeón europeo y los fanáticos se burlaron en las redes sociales.
Eder Militao había puesto en ventaja al último campeón de La Liga en la primera mitad y todo parecía ser tarea fácil. Pero en la segunda parte, el partido mantuvo su guion, con un equipo madridista dominador pero con escasas ocasiones ante la meta alcoyana de aumentar su ventaja en el marcador y sentenciar el duelo, lo que fue aprovechado por los locales para forzar la prórroga a nueve minutos de alcanzarse el tiempo reglamentario, gracias al tanto de José Solbes.
En el alargue, el local sufrió la expulsión de Ramón López y cuando parecía que el cuadro blanco lo acorralaba en un arco y el tanto estaba al caer, un contragolpe que definió Juanan Casanova, sentenció el 2-1 a los 114 minutos. “Todavía estoy asimilándolo. Tendremos que esperar unos días para darnos cuenta que no es un sueño”, declaró el autor del segundo gol al finalizar el encuentro: “Nos ha impulsado la ilusión”, sentenció.
La gran estrella fue sin dudas José Juan Figueras, el arquero del humilde cuadro local que tapó todos los remates que llegaron a su arco y cortó varios centros peligrosos.
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