Barcelona sufrió un nuevo golpe al caer en la final de la Supercopa de España ante Athletic Bilbao y Lionel Messi, acostumbrado a ser el símbolo del triunfo en numerosas ocasiones, esta vez se convirtió en la cara de la derrota por la tarjeta roja que vio sobre el final de la prórroga. Asier Villalibre fue el gran protagonista de la final en esta oportunidad: el delantero del conjunto vasco no solo marcó el gol que forzó el tiempo suplementario, sino que también fue quien recibió la agresión que derivó en la expulsión del astro rosarino.
Al terminar el encuentro, el atacante del elenco campeón dio su opinión sobre la jugada en la que Messi vio la roja. “No hay que entrar en polémicas. A mí me parece clara la agresión de Messi”, consideró. Respecto de las razones que llevaron al capitán del Barcelona a actuar así, intentó desdramatizar la situación: “Al final es normal la impotencia, pero no pasa nada”.
La jugada que terminó con la primera expulsión de la Pulga con la camiseta del conjunto catalán ocurrió sobre el final de la prórroga, cuando su equipo ya perdía por 3-2 y el título se le escapaba de las manos. En medio de un avance de los Blaugranas, el argentino golpeó en la cabeza a Villalibre. La acción no fue advertida en primera instancia por el árbitro Gil Manzano. Tras el aviso de sus colegas del VAR, el juez repasó lo ocurrido con la asistencia de la tecnología y decidió echar a Messi.
El atacante del Athletic Bilbao, de 23 años, decidió poner paños fríos luego de su cruce dentro de la cancha con el argentino y prefirió destacar la conquista de su equipo: “Estamos muy contentos. La felicidad desborda. Hemos venido a por esta Copa y lo hemos demostrado”.
“Son minutos que sabemos que tenemos que rematar todo lo que venga. He puesto el pie y por suerte ha entrado”, dijo sobre el gol que convirtió en el minuto 90 del tiempo regular -solo unos instantes después de ingresar desde el banco de suplentes- y que significó el empate del 2-2 para su equipo. Gracias a esa acción el partido fue al tiempo suplementario, instancia en la que los dirigidos por Marcelino consiguieron la conquista que les otorgó el título.
La de este domingo fue una noche fatídica para el argentino, que perdió su primera final con el elenco azulgrana desde diciembre de 2006. Además, podría recibir una suspensión de entre dos y cuatro partidos que deberá cumplirse en partidos de la Liga española, donde el Barcelona ocupa el tercer puesto y pelea por el título con el líder Atlético y el escolta Real Madrid.
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