El pase del Barcelona a la final de la Supercopa de España con la ausencia de Lionel Messi fue una grata noticia para el equipo dirigido por Ronald Koeman. Pero dentro de lo que fue la historia de la semifinal frente a Real Sociedad, hay un relato de esfuerzo y dedicación que se pudo hacer realidad en el último penal de la serie.
La decisión de tomar el quinto tiro del culé fue pura decisión de Ricard Puig Marti, quien sentía que era su gran momento en el club que lo vio nacer como futbolista. “No, no estaba en la lista. Pero faltaba uno y he sido el primero en decir que quería chutar el penal. Lo tenía clarísimo, tenía muchas ganas de celebrar el primer gol con el primer equipo y así ha sido”, reveló luego del partido. Y agregó: “Faltaba el quinto. Desde el primero estaba todo escrito y el quinto tenía un hueco en blanco. Es verdad que si hubiera metido Antoine hubiéramos ganado antes, pero muy feliz por meter el gol que nos lleva a la final”.
Además, contó que aunque las oportunidades que le da el entrenador holandés sean pocas, él intenta estar listo para los minutos que le toque representar la camiseta blaugrana. “La sonrisa nunca la he perdido, soy un chaval bastante feliz que aunque no juegue me va muy bien en las cosas: tengo la familia y tengo salud. No me puedo quejar de nada. Si Ronald me da algún minuto, lo agradeceré y lo aprovecharé. Y si no, seguiré trabajando”, explicó con una felicidad que no se le borraba de la cara. Riqui aprovechó para mandarle un mensaje al cuerpo técnico sobre si dejará de pelear por un puesto: “No, eso nunca. Y menos después de tantos años en el club que me ha costado llegar al primer equipo y ahora que estoy allí no voy a tirar la toalla”.
Vale recordar que en su momento, Patrick Kluivert le recomendó a Puig que se busque otro club. El canterano, firme con su sueño de jugar en el Barcelona, ignoró el consejo y siguió peleando para llegar a ser compañero de Lionel Messi. Por otro lado, Koeman también había tirado dardos hacia el futbolista bajo el argumento que “uno no trabaja lo suficiente en el entrenamiento como para hacer pensar al entrenador que debe cambiar cosas”. O cuando se lo quiso tildar de ‘topo’ ya que alguien filtraba las cosas que sucedían dentro del vestuario y él quedó en el centro de la escena.
Pero el fútbol da revancha. Al menos en este partido, las cosas en el cuadro español cambiaron y Riqui pudo despegar: en el minuto 91, ingresó en lugar de Sergio Busquets y la tanda de penaltis se perfiló para que él sea el protagonista. Una vez que le dio el pase a la final a su equipo, miró el escudo de la camiseta y le estampó un beso para que los hinchas sepan que el sueño de un canterano fue cumplido.
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