Este lunes 4 de enero se abrió el mercado de fichajes en Europa, un período de transferencias en donde no habrá grandes desembolsos de dinero, producto de la crisis que se produjo por la llegada del coronavirus al planeta. Es por eso que son varios los que en vez de mirar el precio del futbolista comienzan a estudiar otras alternativas.
El caso más resonante es el de Lionel Messi, quien a partir de enero puede fichar por el club que quiera para llegar libre a junio, mes en el que se le acabará el contrato con el Barcelona. El argentino tiene la última decisión y podrá elegir entre continuar como azulgrana o emigrar a otro destino.
En la misma situación se encuentra otro referente del fútbol español. Sergio Ramos también acaba su contrato con el Real Madrid en junio y, de recibir una oferta interesante, es libre de negociar y firmar con cualquier club de forma legal.
Sin embargo, las realidades que viven ambos gigantes es distinta. Mientras que el argentino se plantea si continuar o no, en medio de una crisis dirigencial, el español estaría dispuesto a seguir como capitán merengue, aunque las conversaciones con la cúpula directiva estén trabadas.
Pasan los días y el futuro del ex sevillista es una incógnita. Su renovación está en el aire, y fue el representante y hermano del jugador el que salió al cruce por la dilatación que se está produciendo.
“Alguien deberá explicar cómo y por qué hemos llegado a este punto, permitiendo que tu capitán, una de las leyendas del Madrid, aparezca en absurdas alineaciones de jugadores que hoy pueden firmar libremente con otro club”, publicó en Twitter el periodista Alfredo Duro, un tuit que no tardó en compartir en su cuenta René Ramos.
“Un jugador profesional tendrá la libertad de firmar un contrato con otro club si su contrato con el club actual ha vencido o vencerá dentro de un plazo de seis meses”, reza el artículo 18, inciso 3 del Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores de la FIFA.
Desde la dirigencia madrileña están estudiando un nuevo recorte en el presupuesto, y ese pareciera ser el motivo por el que aún no han llegado a un acuerdo. A partir de ahora, el club y el futbolista entrarán en un tire y afloje que, en el peor de los casos, podría desencadenar en la salida del futbolista después de dieciséis años vistiendo la camiseta blanca.
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