El presente del FC Barcelona no es el mismo que en años anteriores. Aquella complicidad entre los futbolistas dentro del campo parece haberse perdido en un año en el que las incertidumbres pueden más que los resultados deportivos.
Las dificultades dirigenciales, con la renuncia de su presidente Josep Maria Bartomeu, y las institucionales, con la posible salida de su capitán y referente Lionel Messi, se sumaron al mal andar del conjunto azulgrana en la liga, en donde protagonizaron el peor arranque de los últimos 33 años.
Esta situación fue evidenciada por la plantilla del Levante en el último partido que disputó en el Camp Nou por el campeonato local en el que los culé se llevaron la victoria por la mínima (1-0).
“En el campo ni se hablaban entre ellos. Lo justo en acciones a balón parado y ya está”, revelaron al periódico catalán Sport, algunos jugadores de la plantilla de Paco López, después de caer derrotados con un tanto de la Pulga.
“Tras el partido, en el túnel de vestuarios no se escuchó absolutamente nada. Ni una palabra de satisfacción por habernos ganado”, aseguraron sorprendidos por la actitud de los futbolistas azulgranas, quienes pudieron aliviar la presión después de sufrir dos derrotas consecutivas frente al Cádiz (2-1) y la Juventus (3-0). “Fue una situación extraña”, sentenciaron.
El ambiente que reina en el conjunto azulgrana no es de divisiones ni fricciones, pero tampoco de algarabía, a pesar de haber accedido a los octavos de final de la Champions League ganando 5 de 6 partidos, o de estar a nueve puntos del líder del torneo español con dos partidos menos.
Sin embargo, las sensaciones no son buenas. A pesar de tener una plantilla con grandes nombres, el Barcelona está perdiendo la capacidad de resolver los partidos y los encuentros que antes se daban por ganados desde la previa, comenzaron a volverse inciertos.
Los dirigidos por Ronald Koeman están obligados a mejorar como equipo si no quieren desprenderse rápidamente de las opciones a un título. Mientras que en el torneo europeo se enfrentarán al PSG por los octavos de final, en el certamen doméstico tendrán dos partidos claves, en los que tienen que obtener un triunfo para continuar en carrera: contra la Real Sociedad (actual líder) y el Valencia.
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