Con la pandemia de coronavirus todavía vigente, con el calendario atípico y la ausencia de público, el FC Barcelona jugará este sábado su tradicional Trofeo Joan Gamper, que tiene como objetivo presentar la plantilla de cara a la nueva temporada. Normalmente lo hace ante clubes extranjeros. Entre sus últimos rivales figuran Arsenal FC, Boca Juniors, Chapecoense (como ayuda por su tragedia), AS Roma, Santos –tras el pase de Neymar–, AC Milan, Inter o Bayern Múnich. Aunque esta vez lo hará ante el Elche CF, que por cercanía y agenda es uno de los pocos clubes disponibles para este partido, pero también ha conseguido esta plaza gracias a su actual impulso en los despachos. La entidad franjiverde es ahora propiedad de Christian Bragarnik, uno de los empresarios más influyentes del fútbol argentino, que se ha convertido en su máximo accionista tras desarrollar su modelo de gestión en México y Chile.
Bragarnik, un modesto ex futbolista de 48 años que colgó los botines hace dos décadas, se recibió de abogado, y dejó su local de alquiler de películas para ser agente de jugadores tras editar un video VHS que logró un traspaso de Argentina a México, desembarcó en Alicante en agosto de 2019 con la idea de trasladar su modelo a Europa. Para diciembre ya había comprado el 58% de las acciones –según sus propias declaraciones– y ahora es el dueño del 93%. En su rol de representante de un grupo inversor, llegó a un acuerdo con Pepe Sepulcre, anterior propietario, para hacerse con el paquete accionario mayoritario del club en una cifra que si bien no fue informada oficialmente las versiones periodísticas indicaron que rondaría entre los 20 y 30 millones de euros a cancelar en ocho años.
“Directivo no soy, sí soy alguien a quien le gustan los proyectos de clubes y estoy muy cercano a muchos clubes a partir de asesorarlos deportivamente”, dijo el empresario en diálogo con Infobae en marzo de 2019. Y eso es justamente lo que intentará hacer en el fútbol español con el consorcio en el que también participan Ricardo Pini, a quien conoció en Unión La Calera; el mexicano Jorge Alberto Hank, dueño del Xolos; y dos jugadores que están bajo su ala, según el propio empresario contó: Darío Benedetto y Gustavo Bou.
Benedetto y Bou son parte de la inmensa red que gestiona Christian Bragarnik. Representa a más de 50 jugadores y tres directores técnicos de la Liga Profesional de Fútbol de Argentina. Aunque una de sus tratativas más destacadas fue la de facilitar el arribo del legendario Diego Armando Maradona a Dorados de Sinaloa en México. Hay más de 20 jugadores bajo el ala de su agencia de representación en la segunda categoría del fútbol argentino. También asesora a otros tantos futbolistas de diferentes ligas de América, de los cuales la mayoría de ellos juegan en México. En Europa, solo tiene a Benedetto (Olympique Marsella) y Lisandro Martínez (Ajax).
Es un territorio a explotar, sobre todo porque es más sencillo desarrollar un modelo poco aceptado en suelo argentino. Las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) y la irrupción de inversores están vetados, pero Bragarnick se las ha ingeniado para ganar terreno en diferentes clubes. Su influencia en Defensa y Justicia, humilde club de la provincia de Buenos Aires que con jugadores y entrenadores de su entorno empezó a competir a nivel continental, quizás sea el mejor ejemplo de lo que su trabajo es capaz de conseguir.
Su método ya se puso en marcha. A 48 horas del triunfo del Elche CF sobre el Girona –con un gol en el minuto 96 en el partido de playoff– que decretó su ascenso a LaLiga, se confirmó que su técnico, José Rojo Martín, más conocido como Pacheta, no iba a dirigir más al equipo. Bragarnik y la nueva conducción decidieron que el autor intelectual del doble ascenso (de Segunda B a Primera) en apenas dos años y medio iba a ser reemplazado por el argentino Jorge Almirón. “La idea no es hacer olvidar a Pacheta, que tiene el corazón ganado de todo el mundo con su gran trabajo. Esto es un ciclo nuevo”, dijo el DT que se inició casualmente en Dorados y Defensa y Justicia, tuvo pasos por grandes clubes como Independiente y Atlético Nacional, y viene de trabajar en el Al-Shabab de Arabia Saudita.
Al arribo de Almirón se le ha sumado también se ha sumado el de Jorge Coqui Raffo para coordinar el fútbol base –trabajó seis temporadas en las divisiones inferiores de Boca Juniors– y otra de las fichas de su rompecabezas también compatriota suyo: Mariano Armentano, ex jugador del conjunto, quien es ahora la nueva cabeza visible del área deportiva. Ya había puesto en el Consejo de Administración a Omar Floro y los abogados valencianos Alejandro Martínez y Julio César Giner, que completan la cúpula el presidente Joaquín Buitrago y la directora general Patricia Rodríguez.
En la plantilla del primer equipo, Bragarnik ya sumó al argentino Juan Sánchez Miño (Independiente), además del colombiano Jeison Lucumí (Querétaro FC) y el mediocampista andaluz Juan Antonio ‘Tete’ Morente (Málaga). Los dos primeros ya estuvieron bajo las órdenes de su actual entrenador en el pasado y no sería extraño que el Elche CF sume más jugadores de clubes que tengan vínculos con el empresario, que asumió un desafío mayúsculo después de lograr el ascenso a pocos meses de su llegada, con el quinto presupuesto más bajo de la Segunda, imponiéndose al poder de los jeques que controlan el Málaga o Girona, entre otros clubes. El Trofeo Joan Gamper ante el Barça de Messi puede ser la vara que defina cómo llega a su debut del próximo 27 de septiembre ante la Real Sociedad y cuántas chances habrá de que su modelo se afiance en LaLiga.
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