Neymar fue expulsado este domingo en su regreso a la actividad después de haber realizado una cuarentena por haber contraído el Covid-19 durante sus vacaciones en Ibiza. El futbolista e 28 años después reaccionó violentamente a un supuesto insulto racista del jugador Álvaro González en el clásico en el que Olympique de Marsella se impuso 1 a 0 al Paris Saint-Germain (PSG) celebrado el Parque de los Príncipes.
El goleador parisino tuvo un cruce verbal con su rival durante la primera mitad en el que lo acusó de haber hecho un comentario discriminatorio que el árbitro y sus asistentes no oyeron. Sobre el final del encuentro, aún furiosos por eso, fue en búsqueda del español y le acertó un golpe en la cabeza que fue detectado por el VAR y derivó en su expulsión.
“Mira el racismo. Por eso le pegué”, dijo Neymar al salir del campo y más tarde tuiteó: “Lo único que lamento es no haberle dado a este idiota en la cara”. Además, insistió en las redes: “Que el VAR capte mi ‘agresión’ es fácil, ahora quiero ver la imagen del racista llamándome mono hijo de puta... eso quiero ver”.
Horas después de culminado el partido, Álvaro González aterrizó en Marsella junto al resto de la delegación del equipo y publicó una imagen con varios integrantes del plantel del Olympique que son afrodescendientes y escribió: “No existe lugar para el racismo. Carrera limpia y con muchos compañeros y amigos en el día a día. A veces hay que aprender a perder y asumirlo en el campo. Increíbles 3 puntos hoy”.
A su vez, el entrenador del conjunto ganador, Andre Villas Boas, declaró tras el final del encuentro: “No hay lugar para el racismo en el fútbol, pero no creo que ese fuera el caso”.
De esta manera, queda claro que el conflicto seguirá ya que existen dos versiones opuestas sobre lo sucedido en un partido escandaloso que acabó con cinco expulsados (Leandro Paredes, Darío Benedetto, Lanvin Kurzawa, y Jordan Amavi) y que la prensa internacional ha catalogado como “el clásico de la vergüenza”. Además, resta saber cuál será la sanción para Neymar, quien no se mostró arrepentido de lo sucedido, por lo que podría ausentarse en varios compromisos futuros si la Ligue 1 así lo decide.
Por su parte, el director deportivo del PSG, Leonardo, sugirió que el árbitro Jerome Brisard carecía de la experiencia para oficiar un partido tan cargado: “Catorce tarjetas amarillas y cinco rojas significan que el partido estaba fuera de control”.
El PSG, que perdió la final de la Liga de Campeones ante el Bayern de Múnich el mes pasado, ahora ha perdido sus dos primeros partidos de una temporada sin marcar por primera vez desde 1978/79 y la tarea para el equipo afectado por el coronavirus de Thomas Tuchel no es más fácil. Por su parte, el Marsella ostenta seis puntos luego de dos fechas celebradas hasta el momento.
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Con información de AFP