Lionel Messi ya dio un primer indicio de lo que le deparará su futuro en la institución culé tras no presentarse en el centro deportivo Joan Gamper para realizarse las pruebas de PCR correspondientes para dar inicio este lunes a los entrenamientos de cara a la nueva temporada. El FC Barcelona y el capitán del equipo están en pie de guerra. Moviendo sus fichas para obtener el mejor resultado. De un lado, el jugador pareciera estar decidido a abandonar el club de su vida, mientras que del otro, la dirigencia hará lo imposible para retenerlo.
Según publicó el periódico catalán Mundo Deportivo, la postura del club es totalmente firme: cualquier ejecutivo o directivo con cargo está obligado a no responder llamadas de ningún equipo que esté interesado en su máximo referente.
Todo el mundo del fútbol quiere tener entre sus filas al mejor jugador del mundo. Sin embargo, los más poderosos económicamente son los que entrarán en la recta final por hacerse con el Diez. Es por eso, que desde la cúpula dirigencial señalaron que cualquier institución “que pretenda vestir a Leo con sus colores esta misma temporada, y que incluso pueda haber llegado a un acuerdo con el jugador, se encontrará un no por respuesta”.
Los miembros de las altas cumbres no atenderán el teléfono ni programarán citas con ninguno. El FC Barcelona sólo entrará en conversaciones si el pretendiente hiciera efectiva formalmente la cláusula de rescisión del futbolista, valuada en 700 millones de euros, una suma prácticamente imposible de abonar para cualquiera.
Con esta postura tomada, el club trabajaría en convencer a su jugador emblema para que continúe en su casa y cumpla el año de contrato que le quedaría. En ese marco, y con una nueva dirigencia que comenzaría a trabajar a partir de marzo, se abriría una nueva ventana para negociar la finalización de su vínculo o una renovación.
Este domingo no hubo sorpresa y Messi no se presentó a los test PCR programados para primera hora de la mañana en las instalaciones de la Ciutat Esportiva Joan Gamper. Así, automáticamente queda descartada su participación en el primer entrenamiento de la era Ronald Koeman, que tendrá lugar este lunes a las 17:30.
Este es un capítulo más del conflicto contractual entre Messi y el FC Barcelona, el cual ya se esperaba después de que ayer los abogados del argentino hubiesen informado al club que este no asistiría a la cita.
El jugador y sus abogados consideran que ya han hecho efectiva la cláusula liberatoria que tienen a final de cada temporada desde el 2017 y que, por lo tanto, ya no se deben al club azulgrana. En cambio, Bartomeu y su junta directiva dan por hecho que esta caducó el 10 de junio y hacen referencia a la cláusula de rescisión de 700 millones de euros si el argentino pretende marcharse a otro club.
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