La Champions League es un torneo que históricamente le es esquivo al fútbol francés. Olympique Marsella fue el único equipo de la Ligue 1 capaz de poner en sus vitrinas a la Orejona (en 1993 venció por 1 a 0 en la final al Milan). En total cayeron en cinco definiciones: Stade de Reims en 1956 y 1959, Saint Etienne en 1976, Olympique Marsella en 1991 y Mónaco en 2004.
Este domingo, desde las 16 en el Estadio da Luz de Lisboa, Paris Saint Germain intentará romper el “maleficio” ante un Bayern Munich que parece imbatible, al ostentar un invicto de 25 partidos. Para llegar por primera vez a una definición en el máximo certamen continental los franceses debieron llevar adelante un mega proyecto plagado de figuras.
Sin estar en el foco de la mayoría de los reflectores, una de las piezas importantes para que el PSG tenga uno de los mejores planteles del planeta es un argentino. Se trata de Luis Ferrer.
El elenco de la capital francesa, desde hace varias temporadas, arma sus planteles con un solo objetivo: conquistar Europa. Sin embargo, hasta esta temporada nunca había superado la barrera de las semifinales (había llegado a esa instancia únicamente en la edición 94/95). En el plano internacional solamente logró levantar la Recopa de Europa y la extinta Copa Intertoto.
“Cuando Qatar entró al club como propietario los cambios fueron muy marcados. Lo viví en carne propia. Se pusieron como objetivo esto que pasará el domingo. Pusieron todo lo necesario para llegar a esta final. Y en todos los aspectos, no sólo en lo deportivo. En la secretaría técnica y jugadores, pero también en la otra parte, en la marca Paris Saint Germain. Se trabajó en conjunto para llegar a esto”, le explicó Ferrer a Infobae.
Bajo las nuevas autoridades, la institución se convirtieron en el club más poderoso de su país, al conquistar desde el 2012 siete Ligue 1, cinco Copas de Francia, seis Copas de la Liga y siete Supercopas de Francia.
“Esta final es el partido más importante de la historia del club. Toda Francia está atrás, a la expectativa. Salvo el Marsella, que es el clásico (ambos son los protagonistas del Le Classique, el juego más importante de la Ligue 1). Justo ahora es el 50 aniversario del club (los cumplió este mes), por lo que consagrarse sería una enorme alegría para los hinchas y los que trabajamos en el club. Sería lograr el objetivo después de tanto tiempo de trabajo. Todo el mundo es consciente de esta oportunidad tan esperada. Para nosotros es como una final del mundo, se vive con esa magnitud”, comentó.
Pase lo que pase este domingo, en el PSG tienen en claro cuál es el camino. “En el club se siguen teniendo las mismas expectativas, que es continuar en la cima del fútbol mundial. Eso es lo que nos hemos trazado”.
LA HISTORIA DE LUIS FERRER:
El nació el 21 de septiembre de 1975 en Laboulaye, Córdoba, tuvo un paso efímero por el fútbol argentino. La mayor parte de su carrera la construyó en el ascenso francés. Sin embargo, tras su retiro, logró reinventarse para convertirse en un importante dirigente dentro del organigrama del cuadro parisino, uno de los más poderosos en la actualidad.
A los 17 años, cuando jugaba en la Primera de Sporting Club de su ciudad, se animó a tomar un micro y probar suerte en Buenos Aires, más precisamente en River. Allí logró convencer a Héctor Pitarch y se sumó a la Quinta División, donde compartió plantel con Hernán Crespo.
Su camino en el Millonario se vio truncado (nunca llegó a debutar en Primera División) y su mejor recuerdo dentro del fútbol argentino estuvo con la camiseta de Sarmiento de Junín, con la que logró el ascenso a la B Nacional en 1996. En aquella campaña jugó 33 partidos como volante por derecha y convirtió 4 goles.
Al año siguiente, de la mano de su tío Rafael Santos y del ex Vélez y ahora comentarista Omar Da Fonseca, logró probar suerte en Francia, defendiendo los colores del Paris FC y el AC Ajaccien.
En territorio galo encontró su lugar en el mundo, ya que jugó de manera profesional durante diez temporadas. Cuando se retiró, Ferrer decidió reinventarse y cambiar los botines por los trajes. Se pasó al otro lado del mostrador: dejó de ser futbolista para convertirse en dirigente. Su primer trabajo fue en el OGC NIZA, donde forjó una gran relación con Hugo Lloris, actual referente del Tottenham de Inglaterra y arquero titular de la selección de Francia que consiguió la Copa del Mundo en Rusia 2018.
Para graficar esa amistad, el argentino rememoró una vieja anécdota. En 2004, mientras se desempeñaba dentro de la secretaría técnica, el técnico de la Reserva le pidió un inesperado favor: ser entrenador de arquero. Luis le dio una mano y dejó su huella: le cambió la forma de sacar al hombre de los Spurs. “Le mostré videos de algunos argentinos, que cuando conectaban la pelota para sacar le daban de volea. En ese momento, en Europa, lo hacían de otra manera, sacando para arriba”, explicó.
Ya en Saint Etienne, su teléfono sonó y se le presentó una interesante posibilidad: desembarcar en el Paris Saint Germain. En 2009 el club de la capital francesa lo buscó con la intención de profundizar su búsqueda dentro del mercado sudamericano, especialmente el argentino.
Tres años después la vida institucional del PSG dio un giro radical. Se produjo el desembarco de Qatar Investment Authority. Con una importante inyección de euros, el club tomó un rol mucho más protagónico a nivel nacional y mundial dentro del mercado de pases. “Nos decían que teníamos que llevar al PSG a lo más alto. Sonaba difícil, pero lo lograron”, supo reconocer en su momento el cordobés.
Con el brasileño Leonardo como director deportivo -en su primer paso estuvo de 2011 hasta mediados de 2013 y luego de pasar por Antalyaspor de Turquía y Milan de Italia regresó en junio de 2019-, el club cerró contrataciones como las de Zlatan Ibrahimovic, Diego Lugano, Ezequiel Lavezzi, Javier Pastore, Maxwell, Thiago Motta, Blaise Matuidi (Ferrer lo había llevado al Saint Etienne tras verlo en el ascenso), Salvatore Sirigu, Thiago Silva, Marco Verratti, Lucas Moura y David Beckham, entre otros.
"Mi función está relacionada con la llegada de los nuevos jugadores al plantel profesional. Hoy no tengo una función específica, como la puede tener un scout o un mánager", comentó.
Vale destacar que Ferrer ganó notoriedad en el último tiempo al ser un factor clave para convencer a Kylian Mbappé de desechar la oferta del Real Madrid y recalar en el Paris Saint-Germain desde Mónaco.
“Tuvimos que hacer el doble de trabajo que el Real Madrid. Fuimos a su casa, hablamos con ellos, les mostramos el proyecto… Tuvimos que hacer muchas cosas para mostrarles que lo queríamos verdaderamente, que lo íbamos a hacer jugar, que era importante para nosotros. Por suerte nos creyó y lo pudimos cerrar. Cuando lo llamaban Zidane y Real Madrid, que venía de ganar dos Champions League en ese momento, era muy difícil pensar que lo íbamos a convencer. Hicimos todo lo que uno se puede imaginar para convencerlo a él y a la familia”, le reconoció el argentino a Infobae en una entrevista concedida a principios del año pasado.
Una noche, tras una extensa charla, sintió que todo estaba prácticamente perdido. Pero él no bajó los brazos y en su último intento logró quedarse con el jugador más requerido del momento -y de la actualidad-: “A la mañana siguiente tomé un avión para desayunar con su familia y contarles que debía seguir en Francia. Teníamos que convencerlos de que no era el momento de dejar el país. Uno de los puntos fue ese. Nuestra llave fue ‘quedate en Francia, demostrá acá, que después tenés tiempo para ir a hacer una experiencia en el extranjero’”, reconoció Ferrer.
“Buscamos lo que consideramos que nos hace falta, pero es una comunicación conjunta con el entrenador. Estamos en contacto y en constante seguimiento con todos los jugadores que consideramos que tienen nivel para jugar en el PSG. Por ejemplo, si no hay un lateral derecho, nosotros tenemos un perfil de lo que necesitamos. Y así en cada puesto”, esclareció en su momento el argentino que forma parte de la directiva de la entidad campeona de la última Ligue 1.
El crecimiento que tuvo el club en el último tiempo gracias a las inversiones qataríes hizo que buscar jóvenes talentos en Sudamérica sea más complejo. "Pueden tener el potencial, pero que estén listos es difícil. Hay que ser consciente de que es un salto grande, y en algunos casos es necesario que hagan un paso previo en otra institución", argumentó.
Ferrer sostuvo que, aunque el director técnico tenga injerencia en las negociaciones, la palabra más importante para llevar adelante una tratativa por un futbolista la tiene el director deportivo. "Le tenés que consultar, pero el que decide es el mánager. Se le consulta para saber su opinión, pero el que tiene la última palabra es el mánager, generalmente. Aunque acá también tenemos un presidente (NdR: Nasser Al-Khelaïfi) que está pendiente".
“El perfil que buscamos es que tengan nivel para jugar en el PSG. Lo económico es un segundo aspecto. La vida privada es fundamental, es lo principal. Uno puede tener las condiciones y estar mentalmente preparado, pero si tiene una vida privada conflictiva… Hay que tener esa información”, resaltó, dejando en claro que lo que hacen los deportistas fuera del campo de juego es clave para una negociación exitosa.
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