La primera etapa de la final de Champions League entre PSG y Bayern Múnich fue muy intensa, de ida y vuelta y casi sin jugadas polémicas. La única que puede considerarse de tal manera, sobre todo por el reclamo de los jugadores del Bayern Múnich, ocurrió con el tiempo cumplido.
Promediaba el primer minuto de adición cuando Kingsley Coman metió la diagonal a pura velocidad y todo el conjunto alemán reclamó penal luego de la marca de Thilo Kehrer. El árbitro italiano Daniele Orsato no sancionó falta dentro del área y tampoco consultó con el VAR. Correcta decisión del juez.
Apenas recibió de Leon Goretzka, Coman encaró con decisión hacia el área, tiró la diagonal rumbo al vértice izquierdo del área chica y luego de ganarle la posición a su rival, el francés cayó al percibir el brazo izquierdo del alemán en su hombro. De inmediato todos los futbolistas del Bayern Múnich reclamaron penal.
El árbitro Daniele Orsato nunca dudó en que la acción no tiene identidad de falta. Si bien en la jugada existe un contacto físico, no se puede llegar a evaluar como una sujeción que se llegue a interpretar como una infracción. Acertó el juez italiano.
En el complemento, ya con el Bayern Múnich ganando 1 a 0 con gol de Kingsley Coman se dio la segunda acción polémica y que despertó muchas protestas, esta vez, de parte de los jugadores del PSG. Faltaban pocos minutos para que se cumpla la media hora de la segunda etapa cuando Kylian Mbappé hizo una gran jugada personal y tras enganchar cayó por infracción de Joshua Kimmich.
Pese al desesperado pedido de penal del francés, el árbitro Daniele Orsato desestimó los reclamos. Sin embargo, en esta oportunidad el juez italiano se equivocó porque se ve claramente, sobre todo cuando se repite la jugada en la transmisión, que Kimmich le pega con el botín en el tobillo a Mbappé al querer rechazar. Aquí no hay que juzgar la intención sino la fuerza aplicada y su consecuencia. Es una infracción por la imprudencia del alemán.
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