Este martes el París Saint-Germain (PSG) goleó 3-0 al RB Leipzig en las semifinales de la Champions League y clasificó a la final por primera vez en su historia. Una de las grandes figuras del equipo, junto a Ángel Di María, fue Neymar, quien tuvo un gran primer tiempo y luego se apagó en el segundo, tal vez ya pensando en el duelo del domingo en Lisboa.
El brasileño, quien en las temporadas pasadas había sufrido lesiones que lo habían marginado de varios compromisos importantes, está recuperado físicamente de todas sus dolencias y en gran nivel. Es por eso que cada uno de sus arranques fue una pesadilla para los jugadores del conjunto alemán, quienes en varias ocasiones se vieron obligarlos a cometerle infracciones.
En la etapa inicial, jugó suelto en el mediocampo, generalmente posicionado detrás de Kylian Mbappé, pero con la libertad de retroceder hasta el círculo central parta tomar contacto con el balón, si lo creía necesario. En ambas zonas se mostró seguro con el esférico y tenaz en cada movimiento.Pese a fallar un mano a mano a los cinco minutos de partido, se recuperó y pudo lucirse cada vez que puso el balón debajo de la suela.
Sus principales socios fueron Mbappé y Di María, pero Leo Paredes y Marquinhos se encargaron de entregarle a él el balón para que sea Ney el cerebro de la mayoría de los ataques.
Una de sus apariciones más destacadas fue el taco que improvisó para asistir a Di María en el segundo gol de su equipo, luego de una recuperación alta que dejó mal parada y abierta a la defensa del RB Leipzig. El ex Barcelona se lució con ese toque de primera para su compañero, con quien corrió a abrazarse tras la conquista.
Lo único que le faltó fue el gol. A pesar de generar varias ocasiones, incluso un tiro libre suyo dio en el palo, no pudo anotar y por momentos se lo notó molesto con su falta de precisión en la definición, algo que ya le había pasado frente al Atalanta, en los cuartos de final.
En el complemento, su nivel decayó y tuvo menos contactos con el balón. Incluso, delegó la generación a sus compañeros y él se colocó por momentos a Mbappé para intentar romper la línea de fondo en velocidad, algo que finalmente no le dio resultado. Esta decisión de participar menos del juego, tal vez haya estado vinculada con que el 3 a 0 cosechado en 50 minutos ya le daba el pase a la final, instancia para la cual debe guardar energías.
Tras el pitazo final, el delantero se arrodilló en el suelo y agradeció al cielo por haber obtenido el boleto a la siguiente fas. Luego, en el vestuario, se filmó gritando y cantando con, su socio dentro del campo de juego y amigo fuera.
El domingo en Lisboa, el PSG irá por su primer trofeo de Champions League. El rival saldrá del duelo que enfrentará este miércoles al Bayern Múnich con el Olympique Lyon. Desde la vuelta de la actividad, Neymar no ha podido marcar. Tal vez se haya guardado sus gritos para ese gran partido.
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