La actual edición de la Champions League quedará en la historia por la interrupción y el cambio de formato adoptados por la pandemia del coronavirus que azotó al mundo este año, pero además por las sorpresas que se dieron en el terreno de juego que dejaron a varios candidatos fuera y solamente a un campeón entre los clasificados a las semifinales. El Bayern Múnich es el único que sabe lo que es levantar el trofeo, mientras que París Saint Germain (PSG), Olympique Lyon y RB Leipzig desconocen por completo lo que es la gloria a nivel continental.
Cuesta encontrar una edición en la que los cuatro mejores clubes no sean ingleses, italianos ni españoles, equipos que integran las tres ligas más poderosas de Europa. Para esto, hay que remontarse a la edición del 1990/91, cuando el certamen aún se llamaba Copa de Campeones de Europa y no contaba con fase de grupos, sino que iniciaba en 16avos.
En aquella ocasión los clasificados fueron el Estrella Roja de Belgrado, el Bayern Múnich, el Olympique de Marsella y el Spartak Moscú.
El cuadro germano, al igual que hoy en día, era uno de los grandes candidatos, gracias a la fuerza ofensiva que le proporcionaban Brian Laudrup y Roland Wohlfarth, pero cayó ante los de Yugoslavia al perder 2-1 en la ida e igualar 2-2 en Múnich. Del otro lado no habría sorpresa porque el conjunto francés, que contaba con Jean-Pierre Papin y Éric Cantona y venía de imponerse ante el Milan, superó al elenco ruso por 5 a 2 en el resultado global.
La gran final se celebró el 29 de mayo de 1991 en el Estadio San Nicola de Bari, Italia, y tras un cero a cero en el tiempo suplementario, el Estrella Roja se consagró en los penales y levantó el único trofeo europeo de su historia. El goleador de la Copa fue el austríaco Peter Pacult, con seis tantos, quien jugaba para el ya extinto FC Swarovski Tirol.
Tuvieron que pasar casi tres décadas para que este escenario sin equipos de la Premier League, La Liga y la Serie A en la fase final de Champions se repitiese. Tanto tiempo transcurrió desde entonces la enorme mayoría de los protagonistas de estas semifinales ni siquiera habían nacido en 1991, solo 16 jugadores integrantes de los cuatro planteles lo habían hecho. Un claro ejemplo es lo que sucede en el vestuario del del RB Leipzig en donde solo hay dos futbolistas que superan los 30 años y su entrenador, Julian Nagelsmann, tenía apenas tres años de vida cuando el conjunto de Belgrado se consagró campeón europeo.
Esto deja en evidencia el predominio que hay en Europa por parte de las ligas de Italia, España e Inglaterra con respecto al resto y de que año tras año estas diferencias se acentúan.
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